Esperanza es nombre de mujer

A golpe de fracasos y recortes, las mujeres abren brecha hacia un futuro sin desigualdades de sexo, con la libertad justa para sus vidas, con la conquista de todos los derechos humanos.

En el discurso que ofreció en Amorebieta el jueves 15 de febrero, Nekane Jurado subrayó de entrada que la Constitución de 1978 fue redactada única y exclusivamente por hombres, al revés que la de 1931, en la que participaron mujeres, que por cierto dejaron su huella y sus derechos muy en claro.

Y la mujer española obtuvo entre las primeras de Europa, si no la primera, el derecho al voto. Y se dejó ver en los momentos clave de la Segunda República, en la Revolución de Asturias, en la Unidad popular de 1936, durante la Guerra civil.

La historia está jalonada de nombres ilustres desde el siglo XIX hasta nuestros días: Clara Claramunt, Clara Campoamor, Federica Montseny. Y de colectivos feministas que fueron determinantes en la guerra y en la paz. Y de personas y grupos feministas de Euskal Herria siempre en primera fila.

Y de un axioma que ha quedado un tanto olvidado para las feministas de hoy en día: que no se trata de combatir el machismo solamente, ni de defender el feminismo, sino de superar al uno y al otro con el humanismo. Que no se trata de conquistar la igualdad salarial, sino de superar hombres y mujeres la explotación inherente al sistema neoliberal que padecemos mujeres y hombres. Y de conseguir el objetivo y los medios necesarios para una planificación correcta de la natalidad y una participación en plano de igualdad en las tareas del hogar, etc. etc.

Que aquellos derechos que predicaba Queipo de Llano animando a los hombres a matar a sus mujeres adúlteras y castigar hasta con la muerte a sus hijas por entregarse a un hombre impunemente pasen a la más amarga historia de la mujer y el macho ibérico…

Esta vez no se llenó el Auditorio de Zelaieta, no hubo apenas representantes de grupos municipales, sindicales o políticos. No soplan vientos de popularidad para el feminismo. Pero al menos pudo comprobarse que el tema interesa y apasiona también a los hombres.

Honorio Cadarso es periodista