“En Euskadi se vive mejor que en España”

Euskadi va bien, efectivamente, dependiendo del color con que se mire la realidad. Va bien, si nos comparamos con las jornadas laborales que hacen en China y los sueldos que cobran en Guatemala; va bien si comparamos las horas de sueños de un durangués y de un ciudadano de Brasilia; va bien si comparamos nuestras horas de sol con las de Anchorage (Alaska); va bien, si comparamos nuestras listas de espera con las de Ceuta.

Sin embargo, Euskadi no va tan bien si comparamos nuestros permisos de paternidad y maternidad con los de Suecia; si comparamos nuestros resultados educativos con los de Finlandia; nuestro poder adquisitivo medio con el de la media en Canadá; si comparamos nuestro índice de personas en riesgo de pobreza con el de Islandia; si comparamos nuestra tasa de paro con la de Luxenburgo; si comparamos nuestro sistema de becas educativas con las de Inglaterra…

Se entiende, más o menos, por dónde voy. Pues resulta que, cuando el Gobierno Vasco encarga una encuesta pide al encuestado que se compare con España. ¿Cree que en Euskadi se vive mejor que en España?, se les pregunta. La respuesta es demoledora: “por supuesto que sí” (78%). Y la interpretación que pretenden contagiar en la opinión pública a aquellos que encargan la encuesta: En Euskadi se vive bien, mejor… Euskadi va bien.

¿No es esa pregunta rara, tendenciosa, manipuladora, parcial…? Pero da igual, las van metiendo en sus estudios sociológicos, una a una, como la gota del chino, gota a gota, que vaya abriendo camino…

Aquellos que defienden el “Euskadi va bien” como mantra para adormecer a la sociedad vasca, para entumecerla en el conformismo, verán algún día que se han estado mintiendo a ellos mismos. Quizás sea cuando alguna de sus hijas o hijos encadene 215 contratos en Osakidetza en cuatro años; o cuando alguna de sus hijas o hijos tenga una vida precaria como investigadora predoctoral, sin seguridad social y cobrando menos de mil euros; o cuando sean dependientes e ingresen en una clínica pública (aunque será raro que no elijan la privada) y estén cagados dos horas porque sus cuidadoras no tengan tiempo ni condiciones dignas para cambiarles el pañal cuando toca;o cuando aquel tren de alta velocidad al que no se habrán montado nunca hace temblar los cimientos de su caserio.

Euskadi va bien y va mal. Pero no intenten manipular.

Julen Orbegozo kazetaria da