Hermoso slogan el que viaja a lomos de un autobús, sin parar, de pueblo en pueblo, recogiendo la sangre que donan nuestros conciudadanos para salvar vidas humanas en los hospitales.
El autobús o caravana que recoge la sangre viene dotado del instrumental para la extracción y la conservación de la sangre en condiciones óptimas, y dicho instrumental funciona mediante la energía del motor de gasoil del mismo autobús.
Pero tal vez hay un inconveniente. Durante las horas en que se aparca el autobús en el centro de los pueblos, el motor de gasoil que proporciona la energía necesaria para el funcionamiento del dispositivo emite a la atmósfera los gases contaminentes.
El inconveniente se agrava si el autobús se aparca en la plaza más céntrica del pueblo. Se sabe de un pueblo en que se emplaza en un parque a pocos metros de la entrada del Hogar del jubilado y las ventanas de su salón principal y a muy pocos metros de un parque infantil donde juegan a todas las horas del día niños de entre uno y seis años y pasean sus mamás y los carritosde bebés.
El caso es que los tíovivos, puestos de churros, o chiringuitos que se instalan para cualquier celebración, cuentan con suficientes tomas de corriente para proveerse de energía eléctrica y así evitan producir la contaminación que genera un autobús con el motor encendido horas y horas en el mismo lugar.
O sea que, lo que nos da de vida el autobús de Hau Da Bizitza, al menos en parte, nos lo resta con la contaminación que produce…
Y así funciona este mundo en el que vivimos. Cada vez producimos más residuos, y gastamos más dinero en neutralizar sus efectos dañinos; cada vez pescamos más peces en el mar, pero estamos destruyendo la vida marina, cada vez tenemos mejores calefacciones, más coches, más fábricas funcionando, más energía disponible, más madera y más desforestación pero estamos cargando nuestra atmósfera de CO2 y provocando con ello el cambio climático, las catástrofes de lluvias torrenciales.
¿Hasta cuándo podrá aguantar el planeta tierra tantos desmanes?
De vez en cuando se hacen manifestaciones contra el cambio climático y el deterioro del medio ambiente. Con una proporción que debería avergonzarnos: cuando salen en Nueva York 100.000 personas a protestar a la calle, en Londres 50.000, en Madrid salen 200 personas. Se nos da mucho mejor el fútbol…Y recoger sangre de donantes en autobuses y con maquinaria movida por un motor de gasoil…
Hau da bizitza!