Imágenes distorsionadas

Hace ya unos meses mantuve una cierta
polémica con una cuadrilla de fotógrafos
profesionales que consideran que la fotografía
es Arte.

Afirmaba yo que dicha
actividad es una profesión sin llegar a la
categoría que ellos reclaman. Defiendo mi
postura argumentando que, siguiendo el
mismo criterio, la consumada labor de 
cualquiera de l@s cociner@s que todos
conocemos o las cabriolas del flamante ???balón
de oro???, y tantos otros resultados de oficios y
profesiones ejercidas con el debido esmero
pueden entrar dentro del mismo capítulo.

Así que la diatriba se agudiza más
cuando se me ocurre sumarme a la crítica
sobre la difusión de imágenes que no
corresponden al mundo real de los hombres y
de las mujeres. Entiéndase como tales,
aquellas fotografías que reflejan diferentes
modelos posando. Quizás lo absurdo y artificial
no sea la labor que realiza quien hace su
trabajo, sino más bien quienes mueven la
industria que pretende vendernos unos
estereotipos a los que nos invita a parecernos,
y a las consecuencias que se derivan de ello,
mayormente perniciosas.

Por otro
lado, descartando dentro de este capítulo las
poses del Kamasutra o las posturas de yoga
porque no son cuestión baladí, quizás cabría
también preguntarse, aunque me echen a los
leones, si las diferentes maneras de seducir a
una cámara no se convierten en un ejercicio de
???voyeurismo??? por parte de quien se sitúa tras
ella.

Siempre he considerado que
lo más bello y artístico que hay en la
fotografía son esas instantáneas de momentos
especiales. Me viene ahora mismo a la
memoria la fenomenal foto ganadora de
concurso, tomada en la competición de
clavadistas en la Ría de Bilbao junto al
Guggenheim.

Aunque
probablemente el Arte es algo tan sublime,
que su comprensión no está al alcance de una
mente tan simple como la de un ciudadano de
a pie, que no ha pasado por la universidad.

Porque lo otro, se me apetecen
imágenes distorsionadas de la realidad, como
las que ofrecen estos días algunos políticos.
Prima lo absurdo y lo artificial con poses,
escenificaciones y representaciones. Unos
artistas con escaso carisma para cocinar la
Sopa de Ganso.

Me imagino los
comentarios que haría un tal Groucho Marx. No
obstante, me pregunto lo que dirían Miguel
Angel o Goya si levantasen la cabeza. Y usted,
querido lector, ¿qué piensa de todo esto?

Agustín Ruiz Larringan, herritar aktiboa.