Incoherencia y sueldos

Creo que estoy ante el día más incoherente de mi vida, exactamente hoy, el momento en el que escribo esta columna. Lo veo todo entre gracioso y alucinante, un tanto surrealista, entre tanta noticia disparatada y síntomas de que el mundo camina errante. Ya sé que yo mismo peco y disfruto de ser incoherente; pero el pecado se ha extendido, hasta convertirse en endémico y constante en este planeta. Todo me parece disparatado.

Alucino con Rubalcaba, ese bonachón socialista. Anuncia que la restricción de circular a 110km/h nos ha beneficiado: menos accidentes de tráfico (menos víctimas y menor gasto sanitario), ahorro de combustible (ahorro en el gasto del Estado y de las familias), ahorro de emisiones de CO2 (beneficio ecológico); y a pesar de ello, entre compungido y amaestrado, anuncia que volvemos a los 120.

Alucino con Pepe, Pepe Blanco, que se mosquea con el nuevo gobierno de Portugal, por haber anunciado que el TAV (o AVE) no unirá Madrid con Lisboa. Portugal rechaza el TAV porque no tiene ni un euro para pagarlo y los céntimos prefieren dejarlos para otra cosa. Alucino porque la España de Blanco, repleta de cemento público, está bajo sospecha ante “los mercados” (capitalistas). Unas buenas medidas, por ejemplo, serían dejar de alimentar el AVE o los AVEs en construcción, dejar de financiar el Ejército, dejar de pagar la Monarquía, no rescatar más bancos privados y repensar el Estado autonómico. Pero en España hay otro estilo para meter el tijeretazo.

Alucino con lo que pasa en los juzgados, con el caso Bateragune (Otegi y cia en el banquillo). No me dirán que no es difícil de explicárselo, por ejemplo, a un amigo extranjero: resulta que a Otegi se le acusa por, supuestamente, hacer algo y por, supuestamente, hacer lo contrario. Está en prisión acusado de pertenecer a ETA, con la brocha gorda; y le vuelven a acusar por desmarcarse de ETA y pretender llevarle la contraria. Es incoherente que a alguien se le acuse de reconstruir un aparato político que pretende impulsar la vía política, la pacífica, frente a lo que ha propugnado ETA. ¿Qué puede hacer Otegi para salir impune? Sólo se me ocurre que mientras cumple condena estudie derecho.

Alucino con la SGAE, con Bautista y compañía. La SGAE, que era algo así como el Robin Hood de los artistas. Resulta que robaba a los pobres para financiar a los otros presuntos pobres, poetas, cantautores y autores. Era un corsario que acaba pirata, sin escrúpulos, sin ética.

Y mientras tanto, en el Ayuntamiento de Durango la alcaldesa tendrá 14 pagas de 5.000 euros y los grupos políticos podrán liberar a un concejal con 14 pagas de 3.714 euros. Eso se ha pactado, con voces de partidos discordantes, claro. Hay quien defiende que no haya liberados. Ni tanto, ni tan calvo, pienso. Profesionalizar la política con sueldos dignos, no elitistas, puede ser el camino. Eso puede ser coherente, si cada político no olvida por qué y para qué está en el cargo, y no se convierte en un pirata de bolsillos sin fondo.

Julen Orbegozo kazetaria da