El mundial de fútbol de Sudáfrica ocupa el centro de atención en cuanto a deporte se refiere, pero casi todos los análisis apuntan hacia una competición que hasta la fecha no ha gustado al espectador. Juego escaso, y poco que destacar a nivel futbolístico. Están siendo más sobresalientes los aspectos extradeportivos, a la espera de que lo insulso dé paso a la emoción y brillantez que se espera de un acontecimiento de este nivel.
Cierto es que la fase previa o de liguilla en la que ahora mismo está inmerso el evento balompédico no suele tener que ver con los partidos a una sola eliminatoria. Selecciones que parten, a priori, como favoritas no han demostrado tampoco tal condición. Inglaterra, España, Alemania o Camerún no han terminado de convencer. Los africanos, de hecho, ya están fuera. Otros, como los franceses, han hecho literalmente el ridículo, dentro y fuera de los terrenos de juego. La discusión de un jugador “bleu”, Anelka, con su entrenador, Doménech, ha llenado portadas de diarios.
Sólo pude ver parte del encuentro Francia-Uruguay para saber (una evidencia a todas luces) que ciertos jugadores galos no querían disputar el encuentro. Preferían descansar, pero con sus familias, de vacaciones. Ese “espectáculo” lo dieron ante la mirada de millones de espectadores. Algún político francés los ha tachado de “impostores”. No le faltaba razón.
Por otra parte, los argentinos apuntan también a favoritos, seguramente por contar quizás con la mejor delantera del campeonato. Higuain, Tévez, Milito, Agüero, y sobre todo Messi, ya son una garantía de éxito, aunque muchos dudemos del estratega Maradona. El “pelusa” ha sido el mejor jugador de fútbol de todos los tiempos, pero aún desconocemos sus posibilidades como entrenador.
El mundial se prolongará hasta el próximo 11 de julio, así que tenemos fútbol para rato. El torneo sudafricano ha eclipsado otros trascendentales encuentros de equipos que se jugaban mucho en la Segunda División, como el Real Unión, y partidos de la fase de ascenso en Tercera, como el del Portu. Ninguna de las dos escuadras ha tenido un final feliz, pero sí mucho mérito.
Me vienen a la cabeza Iñaki Alonso y Karlos Barrutia (al que afortunadamente he conocido), dos vecinos de Durango que han hecho historia en Irún. Siempre te produce más tristeza el descenso del Real Unión cuando conoces y reconoces la gran labor profesional realizada por este dúo que lleva años trabajando conjuntamente.
No quiero terminar sin referirme a la selección “roja”, que sinceramente espero que no gane este mundial, y lo digo sencillamente porque seremos pasto de un auténtico “bombardeo” mediático que no creo sea bueno, y menos en tiempos de auténtica crisis. No ya por ese insulto de los 600.000 euros de prima por ganar. No, por favor. Tampoco se pueden tomar a bien las declaraciones de Agüero, quien afirma no interesarle nada lo que haga España. Chaval, te ganas el pan, y de qué manera, en ese país. Ten cuidado con esos comentarios tan desacertados. En fin, que no nos despiste tanto el fútbol (de elite) ya que toros, de momento no hay.