Italia, los residuos y la mafia

Italia es un país que merece la pena. El 40% de las obras de arte del mundo están en él y en Florencia (Firenze para ellos) el 40% de las mismas. Bellos paisajes, buen clima, variada y rica cocina, con enormes contrastes entre el norte y sur de la misma hasta el punto de que parecen existir dos Italias distintas, con unas gentes simpáticas hasta más no poder aunque conviene contarse los dedos después de haber estrechado su mano, que son capaces de tener un gobierno cada año y sobrevivir pese a ello holgadamente y en fin todos son cosas positivas, aunque como es habitual, siempre existe algo malo entre lo bueno y en este caso son las mafias las que aportan esa nota negativa.

Entre las características que distinguen a estas organizaciones está su capacidad de innovación ya que no tiran piedra que no rompa cristal y así han encontrado una floreciente linea de negocio en la gestión de los residuos peligrosos que les confían industriales desaprensivos que de esa forma se ahorran importantes costes de recuperación de los mismos. Y esos residuos, cuyo destino final es Nápoles y sus alrededores, llegan procedentes de toda Italia y con mayor frecuencia procedentes de la zona norte de la península, la parte más industrializada de ella.

En esta tesitura resulta que la zona napolitana se ha convertido en un gigantesco basurero repleto de sustancias peligrosas hasta el punto de que están creando en la zona una densidad de enfermos de cáncer que superan claramente a las del resto del país. La laxitud de las leyes acerca del tratamiento de este tipo de residuos, la corrupción de industriales, políticos y autoridades judiciales así como la enorme potencia de las mafias, están propiciando esta situación que bajo el punto de vista de la salud de la población hace tiempo que se ha convertido en dramática.

Tengo la costumbre de hacer una lectura rápida cuando lo que escribo está llegando a su fin y esta vez no es una excepción, pero esta vez al realizarla me he preguntado, pero ¿porque me ha dado por escribir sobre este tipo de cuestiones tan desagradables ?. Y la verdad es que no se me ha ocurrido otra explicación que la de que el subconsciente me ha llevado sin yo quererlo a la experiencia reciente que hemos tenido cerca de nosotros, pero rápidamente he desterrado esa idea, porque pienso que nada tiene que ver una cosa con otra, ¿no?

Rafael Hidalgo