Jóvenes en precario

Dicen que en Barcelona, Madrid, Sevilla y Valencia, los precios de la vivienda se llevan alrededor del 40% del sueldo de un trabajador. Los medios informativos no dicen nada de Bilbao o de San Sebastián, y a uno le queda quizá la impresión de que aquí las cosas van mejor.

Dicen que en general los jóvenes de la CAV salen al mercado del trabajo debidamente pertrechados con títulos universitarios o asimilables.

El caso es que preguntas y te sale una joven de 30 y pico de años con un contrato en precario de 800 euros mensuales, la cual busca una vivienda en San Ignacio que le costaría más del 40% de su sueldo. Y para acceder a esa vivienda debe acreditar unos ingresos de 1.500 euros mensuales, y menos mal que su chico gana 1.100 al mes y entre los dos sueldos superan los 1.500 que deben acreditar.

Y ambos contratos, el de ella y el de su chico, son todavía en precario, nada de indefinidos.

Dicen además que la natalidad en Euskadi está en niveles mínimos. ¿Y cómo quieren que esa pareja de precarios se lance a tener un hijo con la precariedad que les acecha, y que no saben si durará hasta que le llegue a ella la edad de la menopausia?

Y lo de la precariedad no es práctica solo de empresas privadas. ¡Bueno, sí! Porque la CAV y sus instituciones prefieren contratar operarios mediante la subcontratación de empresas privadas y quitarse de contratos y fórmulas de pago y sueldos y cargarles el muerto y las trampas a las empresas subcontratadas… Las cuales se llevan una parte del sueldo que ganarían los precarios contratados de ser contratados directamente por el ente público para el cual trabajarán.

Y con estos sistemas de contratación laboral, y con decir que en el resto del Estado las cosas están peor que aquí, concluimos que los jóvenes vascos tienen el presente y el porvenir despejado, y la economía vasca lo mismo.

A pesar de todo, viejos luchadores de la clase obrera y del sindicalismo se atreven a decir que los jóvenes vascos, con sus títulos universitarios, tienen el porvenir despejado…

Honorio Cadarso es periodista