Durante los veranos de finales de los 60,
Joseina acostumbraba a ofrecer su exhibición
???full monty???, mostrando sus atributos sexuales
a todos los chicos y chicas del barrio, detrás de
unos matorrales en un espectáculo sin igual.
Era grande Joseina. Llevaba un
radiocassette y ponía su música favorita. No sé
si sonaba la de ???Love Me Do??? o quizás aquella
otra cuyo estribillo cantaba ???…tengo el corazón
contento…???, o ???Anduriña???, pero él las bailaba
todas en canicas.
Su primo Charly
era un avezado piloto de la Mobylette de su tío
con tan sólo trece años, y el vecino de ambos,
Balen, andaba alelado detrás de Merche, hija
única y bastante mojigata.
También había algún perro que otro en la
pandilla, aunque siempre iba sin correa y
cagaba donde le salía de los ???bemoles??? y nadie
de la banda se sentía obligado a recoger las
mierdas.
El cestero solía
perseguirlos a través de las campas, porque
los muy desvergonzados le llenaban de piedras
un lavadero en que tenía sus mimbres al baño
maría, aunque ni por asomo era propietario del
mismo.
Balen recuerda
perfectamente aquél 21 de julio de 1969.
???Yellow submarine??? arrasaba en las emisoras
de radio. Serían las cinco o las seis de la tarde
y Charly todavía no había bajado a darle
patadas al balón ???de reglamento???, como le
solían llamar.
Acostumbraba a
quedarse ante el televisor después de comer y
veía en la sobremesa ???Bonanza??? o ???Viaje al
fondo del mar???. A la casa de Balen, con familia
numerosa, la caja tonta llegaría unos años más
tarde, así que él y su hermano salían antes a
jugar, porque acudían también Montxu y
Aingeru, después de gobernar a las vacas.
De improviso, apareció en una
ventana Asun, la madre de Charly y les gritó: –
¡Los americanos han llegado a la Luna!
¿Queréis venir a ver? Hay un astronauta
paseando sobre el suelo lunar.
Pues subieron, claro que sí. Eran tiempos
en que todavía se recibían únicamente
imágenes en blanco y negro pero merecieron
la pena.
Luego, Asun les ofreció
un vaso de gaseosa La Pitusa con Kas de
naranja y aquello sabía a gloria. Bajaron,
fabricaron una bandera y la colocaron
amarrada en ???el fuerte??? para celebrar aquél
histórico día para la humanidad.
Más allá de las fronteras de su barrio
marcadas naturalmente por maizales y por el
río, existían otros mundos: el Bronx, cuyos
rateros no apreciaban para nada las virtudes
de sus contiguos ???boronos???, y Uribarri, que
como su nombre indica, estaba poblado por
urbanitas de corte conservador aunque con
algunas incrustaciones liberales y ácratas,
quizás herencia de una famosa herejía
sucedida en los tiempos de la infame
Inquisición.
Era una época en la
que estos mozalbetes ni se planteaban quién
era el alcalde del pueblo y no tenían ni idea
sobre lo que podía significar votar. Hasta que,
aburridos de tanta monotonía verde, un día,
arengados por Balen, les dió por azuzar a sus
convecinos y éstos acudieron raudos y les
apedrearon obligándoles a encerrarse en el
portalón de uno de sus caseríos. No tuvieron
oportunidad alguna de exhibirse con sus
???tiragomas???.
A raíz del incidente,
Charly propuso votar si echaban de la cuadrilla
a Balen y resultó que ya no le ajuntaron
porque era un pendenciero que cada día se
parecía más a los del Bronx.
Con
el paso de los años, los integrantes de la panda
desaparecieron entre las calles de Uribarri.
Sólo Balen sigue viviendo más allá de los
maizales hasta el río. La Luna también
continúa en el mismo sitio.
Jejejejejejejee.
Jejejejejejejee.