Los modales autoritarios, prepotentes, antidemocráticos y hasta si me apuran, chulescos, de los que vienen haciendo gala los dirigentes de la Diputación Foral de Bizkaia siguen poniendo de manifiesto algunas cosas, tales como: 1) Son unos demócratas de pacotilla y 2) Ante el dominio que les da su condición de recaudadores de impuestos ningunean al Gobierno Vasco hasta el punto de que uno ya no sabe para que sirve este.
Ahora ante la oposición que ese proyecto del Guggenheim II suscitó desde su origen –recordemos que el diputado saliente Rementeria, con la consabida soberbia que les caracteriza manifestó que, “ese proyecto se va a hacer sí o sí”– resulta que ahora, decía, como de manera farisaica acostumbra ¿nuestra? Diputación para intentar guardar las formas, ha tragado saliva.
Ha puesto en marcha “centros de estudio” y “vistosos comités” para determinar la idoneidad del proyecto cuyas conclusiones (caso de que las hubiera) se las pasarán por la entrepierna haciendo gala de la agudeza visual de un explorador indio. Recientemente, la inefable diputada general ha manifestado de manera impaciente que ella “no aprecia una opinión monolítica contraria acerca de seguir adelante con el proyecto”, añadiendo que “el rechazo social no parece que vaya a ser un factor determinante”. Por tanto, la idea de realizar ese Museo sigue adelante, con lo que ha dejado a los que se han prestado al juego de vestir el muñeco al pie de los caballos.
Habiendo cogido carrerilla la diputada y ya en velocidad crucero, se permite una licencia poética manifestando que: “Puedo fallar tomando decisiones, pero no faltaré a la palabra que di en la campaña electoral primero y en mi programa de gobierno después”. (Que era que lo del Museo, entre otras cosas, por sus muertos que salía adelante).
Claro que “no aprecia una opinión monolítica contraria acerca de seguir adelante con el proyecto”, añadiendo que “el rechazo social no parece que vaya a ser un factor determinante”, no aprecia nada que no se haya dicho en su batzoki de referencia.
Valiéndose de la mayoría que le da "la bilbainada" ante los afectados de Busturialdea es normal que afirme que no aprecie una oposición monolítica contraria al proyecto. Sabemos que no, porque monolítica y de granito es la jeta que tiene.
hola . De verdad que sabeis lo que pasa en Busturialdea?. Estais hablando de intervencionismo de la Diputacion y no os preguntais la funcion del patronato.
Si sois objetivos os dareis cuenta de la evolucion del resto de comarcas en Bizkaia y en que se ha convertido Busturialdea.
Ya sin Gugen es una comarca con problemas de abastecimiento de agua . El proque ? . Preguntarle al patronato y a su corte .
Despues nos quejamos de la degradacion del territorio . La degradacion esta mas en la forma de pensar y en el miedo a expresar libremente lo que se piensa.
Rezar para que llueva y si no que el resto Bizkainos contribuyan a que me lleven el agua en barco , pues no es muy sostenible.
El problema radica en la incapacidad de vender un proyecto sostenible y que genere riqueza sostenible a la ciudadania.
Txikito, de verdad sabemos dependiendo de quién cuente la historia. Yo tengo varios amigo/as allí, algo sabrán y todos ellos son de la misma opinión. No al museo.
Por cierto, a Karrantza también se lleva agua cuando hace falta. 😉