Qué importante es salir en la foto, qué fácil es arrimarse al olor del éxito, cómo se apartan los de la corbata cuando algo huele mal y qué ganas de mezclar política y deporte. Todo esto hace aflorar mi indignación aunque sea más viejo que el positivo de Johann Mühlegg. ¿Recuerdan?, ese esquiador alemán que se nacionalizó español y logró la medalla de oro de la carrera de esquí de fondo de los 50 kilómetros masculinos en los Juegos de Salt Lake City. Todos se hicieron la instantánea con ‘Juanito’ y cuando dio positivo por darbepoetina, poco menos que le extraditaron.
Más recientemente Marta Domínguez, la mejor atleta estatal de todos los tiempos, veía cómo le daban la espalda aquellos que le habían colgado medallas al cuello en innumerables ocasiones. En cuanto fue detenida, y sin respetar el derecho a la presunción de inocencia de cualquier ciudadano, el vicepresidente primero, Alfredo Pérez Rubalcaba, se desmarcaba asegurando que “sería tremendo que porque unos pocos, aunque sean importantes, hagan trampas, se piense que todo el mundo hace trampas”. Y no es verdad, no todos hacen trampas, pero de momento hay que demostrar quiénes son los que hacen trampas y Domínguez aún no ha sido condenada. Y ahora, los del otro lado, quieren hacer ver que cuestiones políticas -la palentina es militante del Partido Popular- son las que han llevado a la atleta a verse involucrada en la ‘operación Galgo’. Pues miren, ni una cosa ni otra. Si es culpable que lo demuestren y la condenen, y si no lo es, que no inventen.
Otro de los grandes referentes deportivos estatales y mundiales, Alberto Contador, también está en el punto de mira. De momento hay una prueba, su positivo por clembuterol. No entro en si es cierto o no, que si la chuleta vasca tenía el clembuterol…, pero lo que no entiendo es por qué el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, que además ejerce como máximo responsable deportivo institucional a través de la Secretaría de Estado para el Deporte, sí que se atreve a asegurar vía twitter -que ya se las trae este modo de hacerlo público- que “no hay ninguna razón jurídica para sancionar a Contador”. ¿A qué viene sacarle la cara al ciclista y no a la atleta? ¿Es que Domínguez tiene poco margen para lograr más éxitos dado a que es una corredora veterana? ¿Le gusta a ZP más el ciclismo que el atletismo? ¿Zapatero ejerce de máximo responsable deportivo de todos los deportistas o sólo de algunos?
Si estamos de acuerdo en que los políticos se suman al carro de lo que les interesa, y el deporte no es una excepción, vayamos un paso más allá. Aquí sólo se les señala a los deportistas, ¿y los médicos?, ¿y el colegio de médicos?, ¿y la ministra de Sanidad?, ¿por qué éstos no alzan la voz?. Me resulta incomprensible cómo a Eufemiano Fuentes -este personaje no requiere mi tratamiento de señor y aquí me salto yo la presunción de inocencia como se la saltan otros- no se le ha quitado la licencia de médico, se le permite ejercer y cómo hay gente que le contrata con los antecedentes que tiene. Esto es lo que no se tiene que permitir, porque está claro que los deportistas deben saber lo que ‘toman’ pero los médicos son los que deben de ser legales y los directivos, empresarios y entrenadores, los que tienen su responsabilidad en cuanto a conocimiento de lo que el médico lleva a cabo. Todos éstos se van de rositas.
Pero los políticos se quedan en lo superficial, en lo que vende, en el nombre con los titulares en negrita. Más profundo sería el debate y habría que pensar por qué esto no sucede en otros deportes -o al menos no sale a la luz-, especialmente en los de equipo. Pienso que la exigencia y cuidado de un deporte individual es bestial y puedo entender, que no compartir, que deportistas mediocres puedan arriesgarse a probar con sustancias para mejorar su rendimiento y ampliar así sus ingresos que muchas veces se basan en míseras becas. Ciclistas y atletas tienen una dedicación altísima y la mayoría de los éxitos se miden a nivel individual, por lo que cualquier mejora puede suponer para ellos un contrato, aunque sea de mínimos. Más me cuesta pensar que los superestrellas se jueguen su prestigio de esta manera, conscientemente…
Lo dicho, que los políticos dejen de hacerse fotos con deportistas en la cumbre, que dejen de pisar a éstos cuando caen y, más aún, que no discriminen en función de simpatías. Del doping, pues que se combata y se haga una debate profundo.
Hay que empezar a señalar con el dedo a esos politicos de “foto” y si que creo que Sanidad y el colegio de Medicos debería hacer algo contra esos “médicos” que juegan con la salud de deportistas necesitados de exito o que necesitan mantenerse en la cumbre.
Quizás el debate más importante y más profundo que deberíamos hacer en este país es por qué mantenemos a tanto político mediocre y oportunista porque en una democracia no son ellos quienes mandan, sino nosotros, aunque no se lo crean.
Ondo….ondo. Gusta leeerte