Decía Jesús que “mi reino no es de este mundo”. Pero los obispos españoles se empeñan en hacer presente a la Iglesia en las campañas electorales, como ahora en la de Andalucía.
Ahí estaba la voz del obispo de Huelva en El Rocío, con un ramillete de consignas que algunos, muchos, han criticado como copiadas del “catecismo” de la extrema derecha y de Vox.
Lo cual merece nuestro respeto como ciudadanos, porque los obispos son ciudadanos con los mismos derechos que cualquiera. Pero desde el punto de vista de un cristiano creyente, parece que el tal obispo se ha escorado hacia un lado.
Y es lo que pasa siempre, los obispos parece que tienen obsesión por escorarse hacia los principios de la derecha.
Porque Jesús habla aquello de “Ay de vosotros los ricos… y de otras muchas maldiciones a los ricos y a los poderosos. Pero los obispos no hablan de eso en las campañas electorales, sino de los peligros que tienen los pobres y oprimidos de caer en el fuego eterno del infierno.
O sea, que aquí este ciudadano quiere rogar a los obispos que si desean hablar que digan qué hay en los programas de la derecha que les podría llevar a sus votantes a arder eternamente en las llamas del infierno. Y desde luego a ellos mismos, que viven tan ricamente en sus palacios episcopales…
Que hablen alto y claro los obispos del derecho al trabajo, de los principios de Yolanda Díaz y de todos los principios cristianos que predican los partidos de izquierdas. Que si a un burro se le carga más el serón del lado derecho que del izquierdo, toda la carga se va al garete, y el burro puede caer a un barranco… Y adiós carga, y adiós burro…
Y que cristianos habemos muchos, pero evangelio hay uno solo.
Me imagino que usted habrá sido un excelente comentador de las homilías políticas de Setién y toda la compañía de obispos nacionalistas que ponían por delante el nacionalismo por delante del catolicismo. Aún no están muy lejanos los días donde las víctimas del terrorismo los metían en las iglesias vascas por la puerta de atrás.
Muy bien Honorio. La Iglesia Católica montó en un alarde de anticipación sin parangón la estrategia de marketing más exitosa de la historia de la humanidad. Su papel en la sociedad está en franca decadencia pero sigue teniendo un predicamento importante o sea, siguen marcando el paso a muchas personas.