Tiempos modernos, la era del reciclaje. El papel. Lo que fueron unos simples sobres ahora pueden haberse convertido en impresos para fotocopias o catálogos de viajes.
Imaginaos que en una vida anterior, el folleto con esa magnífica oferta de vacaciones que tenemos entre nuestras manos, fue un sobre que sirvió para contener fajos de billetes, registrados en agenda oculta, en pago de boticas que no se consiguen fácilmente en las farmacias.
O quizás, esa revista sobre agricultura biológica que recibimos mensualmente en el domicilio, haya sido la reencarnación de un envoltorio que se utilizó para comprar voluntades o agradecer prebendas, y que en este momento puede significar la caída de todo un gobierno de un reino de pandereta.
Haylos tipo bolsa acolchada en medidas varias, blanco con ventana izquierda o derecha, o el tradicional sobre inmaculado que antes servía para escribir las cartas a tu novia desde la puta ???mili???-??? Querida Milagros, llevo seis días aquí. Te echo de menos. No puedo vivir sin ti?????? ¿Qué tiene esto que ver contigo y conmigo?
Los sobres que portaban los agentes secretos y los espías hasta que las palomas mensajeras redujeron los riesgos o aparecieron los micro-films.
Los pequeños sobres que recibíamos quincenalmente en la fábrica para el pago del anticipo o la liquidación de la nómina, el sudor de nuestra frente. O aquellos que preparo con cariño todos los fines de temporada para entregar los premios y dietas en metálico de las carreras, a las chicas de nuestro equipo ciclista.
Los sobres con ribetes negros que presagian malas nuevas para quien los recibe.
Sepia o con bordes tricolores, alargados o cuadrados, con las noticias que nos mandaba el tío de América y el billete de 50 dólares que nos metía en bocadillo entre dos hojas para que no fuera detectado en la oficina postal.
El triste sobre que encima de la mesilla o el tocador, guarda toda una declaración de alguien que se ha cansado de seguir entre nosotros y ha puesto punto final a su existencia.
Los sobres de las preguntas en los concursos y en los exámenes, que determinan nuestro ser o no ser en momentos precisos.
¿Cuántos secretos y valores guardados en tan frágil y nimia pieza de papel?
Sin embargo, nos desprendemos de ellos con harta facilidad, sin detenermos un momento a pensar la importante historia que han podido contener y lo que puede representar.
Se han jugado la vida y la han perdido por un sobre, personas con buenas y también con aviesas intenciones.
Quid de la cuestión en una charada resuelta con ingenio, cuando se descubre que lo que realmente le da valor al sobre no está dentro sino en el exterior del mismo: unos sellos de valor incalculable.
Seguramente habré olvidado algún que otro ejemplo, pero creo que por hoy ya he dignificado bastante al protagonista de esta historia.
Ahora tengo que bajar la basura, limpiarme los dientes y??? me voy al ???sobre???.