“Busco caminos de colores que me lleven a la libertad”, grita Laka desde los muros del hall del Centro cultural de Zelaieta en Amorebieta. Ese viajero que desde que saltó de la cuna a caminar es uno de los pintores, diseñadores y artistas de la imagen y la palabra de más talla de Euskal Herria.
Con su imperativo sombrero elegante calado hasta las sienes, se lanza de entrada por caminos que garantizarán su libertad. Darán sentido a su vida, que serán su misma vida, porque para Laka parece que la vida ha sido siempre un viaje en el que lo de menos ha sido la salida y el final y lo demás el hecho de viajar. Sobre baldosas como la que inventó un día para Bilbao, sobre senderos de polvo, sobre la judería de una ciudad del centro de Europa, o a veces, las más, sobre rastrojos y la verde hierba de cunetas y campas, montes y llanuras.
Y siempre libre, acarreando conchas marinas de esta playa, corchos de aquella botella de vino generoso que bebió en aquella tasca, o en aquella fonda… porque su viaje no es para olvidarlo, y por eso recoge testimonios de su paso por aquí y allá. Y traza caminos como laberintos en blanco y negro, cientos de caminos diferentes, llanos los más, otros en pendientes.
Libre, pero no en absoluto pasota, solidario y comprometido con el mundo y la sociedad que le rodea, en una actitud de diálogo y de arreglarlo todo por las buenas, porque la vida y el viaje es eso, vivir y dejar vivir a todo el mundo, sembrar a voleo sonrisas y palabras amables y hermosas. Que todo eso expresa el sombrero elegante que le baila sobre las sienes.
Ese Laka que convive omnipresente en todos los lugares donde el pueblo camina en paz y en buena armonía, hambriento de belleza en hechos y en paisajes, en obras y en deseos y palabras.
No se lo pierdan, compañeros de este viaje que es la vida, vengan a ver cómo viaja por la vida Laka, y a aprender sus caminos verdes y polvorientos, sus baldosas, sus montes de hierbas y hierbajos, su sonrisa lloviendo en sirimiri por todos los caminos de este que debía ser un paraíso, si todos caminásemos con su mismo ritmo y su misma sonrisa. Eskerrik asko, Laka, gracias por tu camino y tu caminar.
Honorio, joango gara bai. Noiz arte ikus daitezke Lakaren bideak?