“Cuando el tiempo está de leche hasta las hormigas dan un litro”, refrán que se atribuye a los chinos pero vayan Uds. a saber. Pero la verdad es que en todos los refranes siempre hay algo de cierto ya que si el día 14 de este mes tocó glosar la efemérides del valor de Pi, ese legendario 3,1416 calculado por Arquímides, el que se refiere al día 15 de marzo toca recordar el asesinato de Julio Cesar, el archifamoso líder romano al que por cierto se debe el calendario Juliano (por el que nos regíamos hasta 1582, cuando se implantó el llamado Gregoriano).
Pero bueno, “a nuestros corderos que dicen los gabachos”. El 15 de marzo del año 46 a.C,. o sea hace ya 2069 años (cómo pasa el tiempo ya que parece que fue ayer), resulta que fue asesinado en el Senado Romano por un grupo de senadores que veían en él un auténtico peligro para la democracia dadas sus ideas totalitarias.
Y resulta que el hecho fue a ocurrir en los “idus de marzo”, en uno de esos días que señalaban lo romanos como de buenos augurios y que en unos meses caían los días 15, como en marzo, y en otros en 13. Pero esta vez esos augurios no se cumplieron, por lo menos para César, pese a que un augur profesional le había advertido con un “César, guárdate de los idus de marzo”, frase que ha quedado para los restos como lapidaria y provechosa.
Al gran César le ocurrió como a tantos personajes. Que el endiosamiento derivado de una trayectoria vital llena de éxitos profesionales y su delirio les lleva a creerse los dueños de ideas, vidas y haciendas del resto de sus congéneres. Brutus y el grupo de Senadores acabaron con su vida porque se había convertido en un auténtico peligro para la democracia.
Y la historia que se repite como los giros de una noria, nos está mostrando hoy a clones de César con la diferencia de que no será tan fácil pararlos como lo fue a Brutus y sus colegas.