La evolución de las formas de vida, entre las que se encuentran los hábitos de compra, hacen muy difícil la supervivencia en ese sentido de las viejas formas de hacerlas.
El enorme incremento de la oferta de bienes de consumo experimentada en Durangaldea en los últimos años –muy por encima del crecimiento de su población y su capacidad de compra–, la movilidad que dan los medios de transporte, el distinto concepto que se tiene del tiempo destinado a la compra que inclina a la concentración en una sola estancia para cubrir todas la necesidades, hace que las viejas costumbres de “hacer la plaza” y comprar en pequeñas tiendas, hayan ido cambiando de forma radical.
De tal forma que, actividades como las que se desarrollan en los Mercados Municipales y en las pequeñas tiendas, hayan ido cayendo de forma paulatina, hasta el punto de que hoy tengan poco sentido y así lo están poniendo de manifiesto los propios tenedores de ese tipo de negocio que los están abandonando.
Es más, la idea que en su día puso en marcha la creación de Mercados Municipales fue precisamente la que hoy guía a las grandes superficies –no en vano se llaman “supermercados”–, que no es otra que concentrar en un solo local la casi totalidad de las necesidades de compra que se pueden producir en un hogar.
Lo que pasa es que esa mucha mayor concentración de los “super”, así como por su gran masa crítica que desemboca por su capacidad de compra al por mayor en mejores precios de venta, hacen que la idea de los Mercados Municipales, excelente iniciativa en su día por las razones apuntadas, haya quedado obsoleta y de ahí su imparable declive.
¿Que queremos seguir por un nostálgico ideario manteniendo vivo un sistema herido de muerte? Pues a lo mejor puede ser, pero desde luego, de serlo, tendrá que ser con una filosofía muy distinta de la actual, tendiendo a ocupar los escasos huecos que dejan en su oferta las grandes superficies y el papel que les queda por hacer a los Ayuntamientos que apoyen esa iniciativa nostálgica resultante, entiendo que no debe ser otro que como propietario de un inmueble ponerlo en alquiler en las mejores condiciones, a guisa de un servicio más a la ciudadanía.
Difícil empeño será ese de que vuelvan a cobrar una vida activa los Mercados Municipales, pero quien sabe, porque existe una especie de coleópteros que según las leyes de la mecánica de vuelo no podrían hacerlo, pero como la citada especie no conoce esa teoría, van, y vuelan.
Rafa te invito a que visites los mercados de Biarritz y Baiona para conocer la vuelta que les han dado, en áreas que ya vienen de vuelta de la implantación de las grandes superficies, para entender que quienes nos llevan 20 años de ida y vuelta en los errores y aciertos del sector comercial, ya reinventan los mercados de abastos con éxito. Todo es cuestión de ir y aprender, nadie nace sabiendo, pero la observación puede ser la respuesta en muchos casos, siempre hay más vida, más allá de nuestro propio ombligo, a veces tan cerca.
Si nos llevan 20 años no es de anteayer al igual que otros temas como bidegorris. ¿Dónde han estado hasta ahora nuestros políticos? ¿En las fiestas de Bayona a primeros de agosto solamente?
Entiendo que corresponde a la organización DENDAK BAI la realización de un plan estratégico para revitalizar el comercio minorista de Durangaldea y a las autoridades políticas locales facilitar los medios materiales, en la medida de sus posibilidaddes…,. si el Plan les convence. O lo que es lo mismo, señores y señoras de los partidos políticos del área , “zapatero a tus zapatos”.
El problema es que los pueblos vecinos (Abadiano, Yurreta…) dan cada año nuevos permisos para abrir hipermercados alrededor de Durango. Esos ayuntamientos se llevan el dinero de los impuestos por la actividad económica, alguna comisión bajo la mesa, y mientras tanto el pequeño comercio se hunde (sobretodo en Durango). El PNV aquí se dedica a criticar a BILDU y PODEMOS mientras su propio partido en Yurreta y Abadiano abre nuevos hipermercados, y cierta asociación de comerciantes calla y no dice nada. Hipocresías varias.