Zugaz, la hoja informativa de la candidatura Hiri Ekimena, informa de que el Ayuntamiento de Amorebieta proyecta invertir tres millones de euros para transformar el Ambulatorio de Osakidetza en Conservatorio de Música. Los ediles de Hiri Ekimena se preguntan si no sería mejor aprovechar al máximo el actual edificio y utilizar ese dinero para mejorar y ampliar la oferta de especialidades musicales y las ayudas a los alumnos.
La historia reciente del Duranguesado y Amorebieta permite constatar que los ayuntamientos han llevado a cabo obras de envergadura y de presupuestos abultados: frontones nuevos, polideportivos, casas de cultura… El ladrillo se ha llevado un buen mordisco de los presupuestos, en perjuicio de otras inversiones más necesarias a juicio de los vecinos.
En todo caso, es justo destacar que las obras realizadas han rehabilitado edificios de interés histórico y arquitectónico, como el Ayuntamiento de Iurreta, la Casa de Cultura de Abadiño y otros.
En el caso de Amorebieta-Etxano, cabe preguntarse si vale la pena rehabilitar a tan alto precio el ángulo del frontón-casa de Cultura de Zelaieta que ocupa el Ambulatorio. Y si los tres millones del presupuesto inicial, como suele suceder, con el desarrollo de la obra se inflarán con nuevas inyecciones de más dinero.
Las reglas de juego de la democracia nos imponen el respeto a la decisión de la corporación municipal, y darla por buena. Pero los ediles de Hiri Ekimena lamentan que su ayuntamiento no consienta en someter el proyecto a una consulta al vecindario. Vamos, como ha hecho el inglés Cameron con el Brexit…
Efectivamente, cuando una decisión municipal condiciona de forma importante el presupuesto de un pueblo, que pagan a tocateja todos los vecinos, quizá no estaría mal contar con el visto bueno de todos.