No sabemos los ciudadanos de a pie cuánto del presupuesto municipal se dedica a la construcción y cuánto al cuidado de la higiene y limpieza. Pero sí que sabemos las consecuencias de tener un pueblo lleno de porquería, exceso de ruidos, velocidades supersónicas, de coches y motos, y baños públicos llenos de suciedad y mal cuidados.
Al menos por esta vez cabe elogiar el gesto de un Ayuntamiento que ha colocado en un baño público de un parque jabón y desinfectante, ¡Menos da una piedra! porque el 99% de estos baños públicos están llenos de suciedad y para entrar y salir se necesita una chalupa.con remos.
Porque las calles y parques están llenos de latas de bebidas arrojadas apenas a unos centímetros de un punto de recogida, los grandes vertederos arrojan un olor insoportable porque no se lavan, el aire está contaminado, bicicletas y patinetes invaden las aceras con riesgo de los peatones,..
Curiosamente, en la línea que separa las vías férreas de las calles hay una zona llena de latas y botellas de plástico que no recogen ni retiran ni los servicios ferroviarios ni los municipales. Y no vale la pena insistir en la recogida de las defecaciones de los perros…
Tampoco sabemos cómo son retribuidos los operarios que se encargan de la limpieza, y de vez en cuando se oyen rumores de que no están demasiado satisfechos de sus retribuciones y por eso trabajan con desgana o preparan alguna huelga.
Y está a la vista que los ayuntamientos derraman millones en obras y construcciones como conservatorios de música, polideportivos, rutas peatonales entre los pueblos y todo proyecto que mejore los ingresos de los empresarios del ladrillo, una de las más importantes ramas de la actividad de Euskadi y del Estado.
Muchos ayuntamientos, entre ellos el de Durango, llevan como bandera la transparencia . Supongo que no sería difícil recabar información sobre todo tipo de gastos.
Sobre los WC públicos, pocos y que seguramente no usarán la mayor parte de la población, no parece preocupar a los políticos. Llama la atención que, cada vez hay en más bares, carteles donde pone: solo para clientes.
Desde siempre, Honorio, he tenido la sensación de que para nuestros administradores en general – y los ayuntamientos, este, aquel y los de más allá, – no son una excepción, les resulta más fácil, incluso más gratificante, invertir que conservar. Pienso que una de las razones para entender esa dejación, es que la conservación, la asepsia, el gusto por las cosas limpias y ordenadas no son objeto de fotografías como las inauguraciones, no rinden políticamente, son más incómodas, hay que estar más al detalle con lo fatigoso que eso resulta, pasando así todas esas cuestiones a un segundo plano. Casi me atrevería a decir, aunque no lo hago porque quizá sea un tanto excesivo, que para actuar o mejor para no actuar de esa manera, hay que ser un tanto cutres. Pero para que no quede este comentario en una simple crítica, aunque la entiendo como constructiva, me van a permitir nuestros mandatarios una aportación cual es ¿ no sería interesante que una concejalía se dedicara exclusivamente a este tipo de cuestiones, a las que hace referencia Honorio para entendernos, auditando la situación del pueblo y haciendo que los órganos encargados en principio para hacerlo funcionen “comme il faut” de forma que el pueblo presente un aspecto “niquelado” ?.