¡No puede ser!

No podemos dar como válido que única y exclusivamente la presentación del Pasaporte Covid vaya a ser la solución al problema. No, más y cuando está demostrado que los vacunados también se vuelven a contagiar a veces.

Mientras este desastroso ovillo se desenreda debemos exigir sin duda poner todas las fuerzas en fortalecer la sanidad. No dar vueltas y vueltas sin sentido a golpe de decretazos para no abordar el verdadero problema, una sanidad cada vez mas débil y cansada.

Pero, tan difícil situación, el hartazgo, la tristeza, la desesperación, por qué no, nos lleva a menudo a actuar de una manera injusta con esas personas que sin saber muy bien por qué se les ha convertido en controladores de la situación sanitaria por Covid de cada uno de sus clientes, de su público, de sus usuarios… Debemos ayudarles, no se lo pongamos mas difícil. El tabernero, el monitor del gimnasio, el acomodador del teatro, el portero… todos ellos de repente son Guardias de Seguridad, sin comerlo ni beberlo. Y créanme que es muy difícil, difícil es y desagradable también no permitir la entrada a alguien que pudiera ser su cliente de toda la vida porque a ese tabernero le obligan a pedir ese certificado, pero debe hacerlo. Es nuestra decisión probablemente no vacunarnos o por rebeldía, estándolo, no querer mostrar ese certificado, pero si no nos deja entrar, si no nos sirve una consumición, no es que no quiera hacerlo, es que además de por responsabilidad para con sus otros clientes, les obligan a no hacerlo.

En definitiva, ¡EMPATIA! Empatía con esos trabajadores que llevan ya casi dos años viviendo en la más absoluta incertidumbre. No saben qué pasará mañana, con sus negocios, con sus vidas. Todos sabemos cómo podemos ayudar; mirar hacia otro lado o hacernos los despistados, no es buena opción.

El año termina y todo parece que siga igual o peor, la esperanza de que el próximo sea mejor no podemos perderla. Cuando todo parece que se derrumba, a veces aparece una mano que te empuja a seguir adelante, seamos nosotros esa mano y demos ese empujón a esa larga lista de personas que de la noche a la mañana se han convertido en vigilantes, en porteros, en rastreadores de nuestra “cartilla de vacunaciones”. Puedo asegurar que ninguno quiere serlo, que ninguno quiere ser el malo de esta oscura y difícil historia.

Juan Antonio Bueno es concejal de EH Bildu en el Ayuntamiento de Durango.