La economía mundial empieza a dejar atrás la crisis, según dicen: las economías avanzadas llevan ya medio año en recuperación. China crecía en el primer trimestre a un ritmo del 11,9% anual, USA a un 2,5%. las economías asiáticas y latinoamericanas crecen ya vigorosamente…
En Europa, sin embargo, el crecimiento es bastante más moderado y el detonante griego ha puesto el euro en el punto de mira de los mercados mundiales de deuda y divisas. El euro se deprecia frente a las grandes divisas, ya ha perdido en este año un 13,4% de su valor respecto al dólar. Perdemos fuelle como conjunto, a duras penas mantienen el tipo los países que “mandan” en Europa, como Alemania o Francia, pero los PIIGS (Portugal, España, Italia, Irlanda, Grecia), se quedan varados; según los más pesimistas a un paso de la suspensión de pagos.
Las drásticas medidas de recorte tomadas por Grecia, Portugal, Irlanda, y, finalmente, por el Gobierno de Madrid vienen impuestas por una estrategia conjunta de la Unión Europea, alentada y reclamada también por Barack Obama, para impedir el hundimiento del euro y de la misma Unión Europea. Por primera vez, aunque quizá con demasiado retraso y vacilaciones, Europa ha dado un paso adelante en su construcción como potencia económica mundial.
El problema es que los recortes cargan casi exclusivamente sobre los que desde el principio son víctimas de la crisis. Las empresas del Ibex anuncian una subida conjunta de beneficios del 20%, sus ejecutivos siguen cobrando bonus exorbitantes, mientras se anuncian recortes del 5% en los sueldos de los funcionarios españoles, y el horizonte salarial de las rentas medias bajas es sombrío, y los parados se cuentan por millones. De Inglaterra nos cuentan lo mismo: los ejecutivos de las 100 empresas inglesas más fuertes ganan 84 veces más que los trabajadores a tiempo completo. O sea, los que generaron la crisis con sus burbujas inmobiliarias y sus chanchullos financieros siguen ganando dinero a espuertas, y los que la sufren desde el principio tienen que seguir pagándola de su bolsillo.
Se comprende que, en esta situación de crisis y riesgo de Europa, se precisa hacer un esfuerzo para salvar el euro y la Unión Europea. Pero lo menos que se puede pedir es que los gobiernos europeos reclamen un esfuerzo proporcionado de los que hasta ahora se están beneficiando de la crisis.
El caso es que las medidas propuestas por el Gobierno de Madrid no tocan para nada a las grandes fortunas… De momento, nuestros gobernantes cuentan con nuestra comprensión y docilidad, la de los trabajadores, la de los funcionarios, la de los pensionistas.
Esa es la Europa que estamos construyendo bajo la batuta de los Merkel, Sarkozy, Zapatero y demás. Y que difícilmente esquivaremos si el relevo en el gobierno nos viene predeterminado por ese dichoso “bipartidismo” que sólo nos permite elegir entre Zapatero o Rajoy. Europa seguirá sometiéndose a los dictados de los banqueros y financieros de este y del otro lado del Atlántico.