Los abogados de De Miguel y Tellería, personajes tristemente famosos por su fechorías desde la Administración de la que formaban parte, han solicitado para ambos ante el Ministerio de Justicia de España, peticiones de indulto parcial.
La argumentación de sus abogados ha sido que “sus delitos –, recordémoslos de corrupción, tráfico de influencias, prevaricación, blanqueo de capitales y asociación ilícita, delitos a los que han sido condenados a prisión– no son tan graves (pese a que han sido condenados a 9 y dos años y tres meses, respectivamente), ya que no estamos ante una conducta que requiera una medida tan gravosa como es la privación de libertad». Añaden para que su docta opinión quede clara, que «ni nos encontramos con unos sujetos criminalmente peligrosos».
La ley es la ley y los derechos de la defensa son afortunadamente los que son, pero supongo que tiene que ser particularmente duro para los abogados de la defensa, salvo que estén cauterizados y en consecuencia insensibilizados, el “argumentar” peticiones de indulto de manera tan peregrina. No se qué opinión tendrán Uds. de esa línea de defensa pero confieso que a mi me ha producido vergüenza ajena.