Piratas en Africa

No sólo de fútbol vive Africa, ese continente en blanco y negro que dicen fue la cuna de la humanidad, y cuentan y no acaban de sus inmensas riquezas. En este momento, Sudáfrica acapara la atención del universo futbolero por las hazañas deportivas que tienen lugar en el rectángulo de juego, y por el colorido y musicalidad del público sudafricano que crea ese otro espectáculo coreográfico en torno al balón.

Africa está de moda, monopoliza las primeras páginas de diarios y telediarios. Y una ONG sueca, aprovechando el momento, ha desplegado una pancarta con paisajes de playas, pesquerías y piratas.

Esta crónica marinera no viene de Somalia,  donde dicen que las lanchas rápidas de los somalíes apresan a barcos mercantes y pesqueros y piden rescates millonarios por ellos. Viene de más cerca, de Cádiz, donde hace unos días la ONG Swedish society for Nature Conservation presentó una memoria  sobre la explotación y agotamiento de los caladeros en las costas Africanas del Océano Atlántico y el Indico.

En esta historia los piratas son los 718 pesqueros de la Unión Europea, de los cuales el 59% son españoles, que por un precio de 150 millones de euros están esquilmando todos los caladeros. En las costas de Marruecos, Mauritania, Senegal y Guinea, Namibia, Madagascar, Mozambique, Kenya, Somalia, en todos los mares de Africa, los pesqueros europeos, después de arrasar los caladeros de Europa, están a punto de agotar todas las reservas de pesca por un precio ridículo pactado a espaldas de los pueblos africanos con los caciques de cada uno de esos países.

La UE ha obtenido las licencias de pesca mediante acuerdos con los gobiernos africanos en los que no se limitan las capturas, simplemente se establece una cuota fija a pagar. Un inciso señala que estos países deben invertir el 25% de los ingresos obtenidos en mejorar la tecnología y la infraestructura pesquera de sus propios pescadores, pero de hecho el dinero desaparece en las arcas de cada estado con destino desconocido, y los pescadores nativos siguen tan pobres y desprotegidos como antes…

A las capturas de los pesqueros de la UE hay que sumar las de barcos de pesca chinos, coreanos, rusos y estadounidenses. Todo el mundo pesca en Africa, excepto los africanos, que siguen moviéndose en el mar con vela y remos, con frágiles pateras, sin frigoríficos para conservar el pescado y comercializarlo a largo plazo.

Cualquier africano que viva al lado de usted, amigo, podría darle datos de primera mano sobre la situación de los mares y de la pesca y de los pescadores africanos. Podría decirle que el pescado que compramos en la plaza del mercado o en la pescadería de la esquina, aunque lleve la etiqueta de procedente de la China, en realidad viene de los mares de Senegal o de Guinea. Que las lonchas de atún o las pequeñas latas del mismo pescado que consumimos, proceden fundamentalmente de las costas del Oceáno Indico, de Madagascar, Kenya o Somalia.

La ONG sueca denuncia, al margen de esta sobreexplotación y agotamiento de los recursos, otro mal de los mares africanos. Las costas africanas se están llenando de barcos abandonados; al parecer, los armadores europeos, para ahorrarse las incomodidades y el coste del desguace de sus barcos viejos, optan por dejarlos podrirse en los mares del Sur.

Honorio Cadarso es periodista