El anterior fin de semana volví a
visitar ese lugar que me fascina, un sitio
donde existen dos países diferenciados
que conforman una estructura única
llamada Bélgica.
Curiosamente, fue ante una mesa de
jueces desde donde se me lanzó una
pregunta intencionada, por una mujer polaca:
-Equipo Bizkaia del País Vasco,
¿pero tú eres vasco o
español?
-Primero vasco. Sucede como con los
señores que te acompañan:
walones y flamencos.
Toda la mesa lanzó una carcajada
y alguno citó también a
catalanes al realizar la comparación.
A pocas, y también a muchas
fechas, en las tertulias de diferentes medios
de comunicación no hacen más
que especular sobre la posible
desanexión de Catalunya del resto del
Estado. La Brunete mediática que
diría un famoso político ya
retirado.
Uno se sorprende de la serie de
catástrofes que auguran a los
ciudadanos de aquel país si se declara
la independencia. Sorprendido también
de negarles lo que nunca fue consultado a los
catalanes (su anexión o no al Reino de
España) en una época en que la
palabra democracia era desconocida, ahora que
presuntamente toma sentido dicha
definición.
Luego también echo una mirada
hacia la vecina Navarra, donde los que
mandaron siempre hasta ahora, pregonan el
desastre de su Comunidad Foral ante los
nacionalistas que quieren borrar del mapa la
identidad territorial y anexionarla a Euskadi.
¡Cómo está el patio!
Y el nacimiento de Euskal Herria o
Baskonia es una ensoñación que
nunca tendrá lugar porque nunca
existió ese país. O sea,
más o menos como el Reino de
España, que nunca existió hasta
que empezó a hacerlo alrededor del
año 1.500, a sangre y fuego la mayor
de las veces para conseguirlo. Nunca
consultando al pueblo, a los pueblos.
Y el Conde-duque de Olivares y el Gran
Capitán, revestidos con el poder de
decidir sobre la vida de los villanos y los
rebeldes, arrasaron cuanto obstáculo
encontraban a su paso, y llegaban a los
lugares para decir que “ésto
pasa a formar parte de las posesiones del Rey
de España”. Hicieron lo mismo
en América exterminando a cientos de
miles de indígenas.
En el aquí y en el ahora, la
entelequia es denostada por los pesebreros del
poder cañí, incluyendo
algún que otro profesor de ética
que defiende la “fiesta nacional”
y arremete contra quienes reclaman una
muerte digna del toro y están en
contra de las corridas y sin embargo,
según él, no son capaces de
condenar las acciones terroristas contra la vida
de las personas, como valor supremo de los
seres humanos.
Por todo ello y por mucho más,
quizás si los Països Catalans se
declaran independientes, quedarán
fuera de “Euparo”, apartado del
mundo, lejos del Universo, en otra galaxia
quizás, o sea, regresando al planeta de
los simios.
Aupa Agus, gustura irakurri dodaz zure lerroak. Ikusitakoak ikusita simioen planeta horretara joateko prest nauzu neu be.
Aupa Agus, gustura irakurri dodaz zure lerroak. Ikusitakoak ikusita simioen planeta horretara joateko prest nauzu neu be.