Réquiem por Plateruena Kultur Aterpea

Breve historia desde el pasado 1 de marzo de 2023, aunque para esa fecha ya se llevaban unas cuantas reuniones y se había hecho la presentación del Plateruena Kultur Aterpea. Fue cuando comenzó un proyecto cultural que integraba como cabeza rectora a la llamada Kultur Mahaia.

Empezó su andadura con un doble concierto el 11 de marzo (Olaia Inziarte eta Hofe) seguido el 18 de marzo con el certamen V Concurso de canciones feministas. Así pues parecía que se consolidaba como sala de conciertos. Mientras desde la Kultur Mahaia se perfilaba el reglamento, la normativa, se constituían las comisiones de funcionamiento y los planes para perfilar los diferentes talleres y eventos  de producción propia para cumplir con el lema ‘Piztu, Poztu, Puztu’.

Llega mayo y con el parón del verano y el desarrollo del Uda Giro se producen  elecciones municipales y hay cambio en el Equipo de Gobierno. El nuevo Equipo de Gobierno comunica a la Kultur Mahaia que va producirse un ‘impasse’, que tenga paciencia y mientras, se efectúan obras de acondicionamiento en el Plateruena.

Así hasta que en febrero de 2024 la alcaldesa y responsables de Astarloa kulturgintza comunican  mediante reunión a los integrantes de la Kultur Mahaia que  el proyecto lo ven irrealizable, y que han encargado a la empresa de gestión cultural Kultiba un nuevo proyecto que denominan Landako Platuerena Kulturgunea (LPK). Que ya nos irán llamando y que gracias por los servicios prestados.

Así pues, después de dos reuniones informativas en los locales de Elkartegi, el 7 de noviembre de 2024 nos presentan el proyecto Plateruena Musika Aterpea para publicitarlo el 13 de noviembre de 2024 como  sustitución del Plateruena Kultur Aterpea.

En reunión del 18 de noviembre de 2024 los integrantes de la Kultur Mahaia deciden dejar de serlo, se disuelven como grupo organizado.

La cultura tiene una importante dimensión política, muchas veces invisible, aunque imprescindible. La cultura  empuja a la transformación social, ayuda a la construcción de comunidad y a la convivencia.

Es lamentable que no se tome en consideración un proyecto de difusión del euskera, difusión cultural, participación mediante talleres e iniciativas musicales, danza, teatro, innovación e investigación, y se quiera cambiar por un proyecto mercantilista y reduccionista del hecho cultural a mera gestión de los espectáculos y el ocio.

De esta manera, es el segundo proyecto que se va por el desagüe directamente a la basura y se sustituye por un proyecto que considera a las vecinas y a los vecinos de Durango como consumidores netos de espectáculos.

Soy Miguel, vecino de Durango,  miembro fundador del kolectivo@ y formaba parte junto a otras veinte personas de la Kultur Mahaia de Plateruena kultur aterpea. Es claro que, al dedicarme al activismo cultural, soy bastante invisible para el vecindario en general. Soy un admirador de aquellas personas que después de ocho horas de trabajo industrial o administrativo rutinario, son capaces de llegar a casa y desarrollar una actividad artística, poco reconocida, habitualmente.

Veo necesario incentivar las prácticas culturales en todos los ámbitos, desde lo amateur a lo profesional, ya que son prácticas que despierten el pensamiento crítico en las personas y promuevan experiencias emancipatorias personales y colectivas.

No me gusta hablar para los que piensan como yo, por innecesario. Me gusta hacerlo para los que como yo piensan, ya que esto me permite hablaros de cómo entiendo la cultura:

Entiendo la cultura como un derecho público y no solamente como un negocio. Si yo pago una cantidad para que me entretengan, me diviertan y hago consumo de bebida, lo que hago es una transacción mercantil en ocio. Si por el contrario comparto mis experiencias, conocimientos, destrezas artísticas con otras personas, estoy haciendo cultura, y lo hago de una manera colaborativa.

Por eso entiendo que la cultura tiene una importante dimensión política, muchas veces invisible, aunque imprescindible. La cultura  empuja a la transformación social, ayuda a la construcción de comunidad y a la convivencia. Por lo tanto, desde este articulo quiero proponer otro modelo de cultura menos paternalista/mercantilista por otro mas feminista y ciudadano, un modelo que ponga la cultura en el centro de la vida.

Veo necesario incentivar las prácticas culturales en todos los ámbitos, desde lo amateur a lo profesional, ya que son prácticas que despierten el pensamiento crítico en las personas y promuevan experiencias emancipatorias personales y colectivas.

Para ello es fundamental que las instituciones culturales dependientes del Ayuntamiento se replanteen desde esta óptica su acción cultural y se ponga el derecho a la cultura como eje y guía de su política pública.