Aprovechando una visita a Cataluña, y habiendo aprendido en la unidad 23 del libro de geografía económica que la zona de Barcelona destacaba por su producción textil, a Pirulo no se le ocurrió otra cosa que encapricharse de un pantalón de color rosa que había visto en un escaparate.
Corrían los años 80. Quizás fueron los mejores por la inestabilidad política, la indefinición de la democracia, y el despertar público de los sentidos, sin remilgos.
Pirulo llamaba a casa para comunicar que su visita y su estancia en la ciudad condal iban bien y aprovechó la circunstancia para anunciar su compra. Desde el otro lado del hilo telefónico una voz femenina le contestó que “ni se te ocurra”, “no entras en casa”.
Uno comprueba que, con el cambio de siglo, no es que hayan variado mucho las cosas cuando lee cierto tipo de noticias, y otras que se deducen del vicio o el capricho de observar, y que quedan grabadas en la retina.
Ha sido un domingo de enero. Tomábamos un cacao en el “Café Les Cultes” de la capital de Europa. Ahí es nada. Un placer descubrir que aquello presentaba un panorama variopinto, con un señor enfrascado en la lectura de un libro, una cuadrilla de amigos y amigas jugando a las cartas, una pareja achuchándose y aquella joven de enfrente ensimismada ante la pantalla de su ordenador portátil.
De pronto, ella se levanta, se enfunda en el abrigo, se enrosca la bufanda y sale.
-Va a fumarse un pitillo en la calle-me digo-ha dejado el ordenador sobre la mesa.
Es casual, nos toca marcharnos, y Mademoiselle sigue afuera. No era un cigarro, sino la caricia de otra mano femenina sobre la suya lo que pude ver. Se habían citado con la mirada a través de la luna del establecimiento, o al menos habían esperado ese momento.
Descendimos por la Calle de la Revolución a la Plaza de las Barricadas presidida por Víctor Hugo con un mamotreto bajo el brazo. Tuve sin embargo una sensación extraña y mi cabeza me rondaba una cuestión. Considérenlo un teorema. Ésta es la propuesta:
a) Año 2019, siglo XXI.
b) Capital de Europa.
c) Cita lésbica discreta.
Desconozco la resolución o el desenlace. O tal vez no. Probablemente Pirulo no pueda vestirse aún los pantalones rosa que ansiaba.