Se vende o alquila

La foto que acompaña a esta columna es de una calle de Durango. En su día, una calle atractiva para el pequeño comercio, como cualquiera de un municipio donde el 80% del PIB proviene del sector servicios. En una comarca principalmente industrial, Durango es la principal sede de los servicios con el correspondiente peso específico del comercio local y hostelería.

Pero la situación está cambiando, quienes hemos vivido en barrios alejados del casco de Durango, hemos podido ver cómo las pequeñas tiendas de ultramarinos, fruterías, carnicerías, chucherías, ropa, periódicos etc, han ido cerrando, dando paso a lonjas con el cartel de ‘Se vende o alquila’. El comercio va mudando hacia el centro cuando no directamente desapareciendo. Barrios con menos vida, más inseguros y abandonados.

Las formas de consumo van cambiando, pero esta vez, sin duda, la gallina fue antes que el huevo. Fueron decisiones políticas las que decidieron exportar modelos de ordenación territorial y urbana que nos eran ajenos con grandes superficies comerciales en las periferias de los núcleos urbanos, donde se aglomeraban coches particulares y tiendas de diferentes sectores para ir vaciando los pueblos.

Entre Durango y Abadiño (Matiena) se ha ido creando un gran centro comercial con supermercados, tiendas de deporte, talleres de reparación, establecimientos de alimentación, hamburgueserías, bricolaje etc. Decisiones que han traído como consecuencia el vaciamiento de ciertas partes de Durango de tiendas y comercios, provocando un atrincheramiento hacia el centro de Durango aunque cada vez resulta más difícil resistir. Con consecuencias también en el sector de la hostelería, otro de los grandes perjudicados.

Que el modelo de pequeño comercio urbano es mejorable, no cabe ninguna duda. Ahora bien, mejorable, pero nunca prescindible. Forma parte de nuestro modelo socioeconómico pero también de nuestro modelo cultural y de cohesión social: barrios y calles llenas de vida, y personas relacionándose, no simples consumidoras.

En defensa de lo que somos y queremos seguir siendo presentamos en el pleno de Durango una moción que fue aprobada por todos los grupos excepto el PP. Para frenar la recalificación a la carta de 32.000 metros cuadrados que busca ampliar el centro comercial de la periferia de Durango y Abadiño. Para dejar de vaciar las calles.

Porque Durango tiene algo que decir, no solo urbanísticamente, ya que una recalificación de esas características requiere un plan de compatibilización del ordenamiento de ambos municipios. No vivimos en islas, esto no puede ser un enfrentamiento entre el alcalde de Abadiño y los intereses de Durango.

El urbanismo es o debería ser una herramienta para planificar futuro en base a las necesidades actuales. Para construir con la ciudadanía el futuro de nuestra comarca más allá de la necesidad coyuntural de dos empresas. Para poner las bases del desarrollo social de Durango y Abadiño para la próxima década.

No es casualidad que Durango y Abadiño se encuentren en plena revisión de sus planes generales. Aprovechemos pues esos procesos para preguntar a la ciudadanía y para darles algo más que migajas hoy y, vaya usted a saber qué, mañana. Nuestro presente y futuro ni se vende ni se alquila en un despacho.

Durangoko zinegotzia (EH Bildu).