¿Tenemos remedio?

Es un jefe de Estado que defrauda a Hacienda, que amasa una gran fortuna de origen más que dudoso porque no se le conoce otros ingresos oficiales que los derivados de su cargo como principal figura del Estado, que la esconde en paraísos fiscales, que le ha puesto los cuernos a la reina de manera pública y notoria de manera persistente, cazador de elefantes y osos, vividor como objetivo fundamental de su existencia y todo ello, menos sus debilidades no controladas localizadas al sur de su cintura, realizado bajo el amparo de ese privilegio que no parece de este mundo que recoge la Constitución española que no es otro que la inviolabilidad del Rey a todos los efectos, es decir constitucionales y personales, concepto que supone un anacronismo difícilmente aceptable en una democracia, régimen político en el que aparecer estamos. Anacronismo porque que determinados comportamientos personales no puedan ser perseguidos judicialmente no tiene un pase.

Vuelve a España tras dos años al parecer de retiro espiritual en ese país podrido de petróleo, anclado en el medievo, rancia dictadura donde las haya, a participar en una regata de veleros y ya de paso, a darse un garbeo por Madrid a visitar a parte de su familia, incluida la emérita cuyo cuajo llama la atención pero cuyo aguante encuentra su explicación en el dicho “los cuernos duelen al salir pero ayudan a vivir” y a esta señora tales dolores le han supuesto vivir como una reina.

Pero si malo es el presente, el futuro no se presenta más halagüeño ya que para sacar adelante una modificación de la Constitución que modifique este estado de cosas, requiere que el anteproyecto de Ley sea aprobado por el Congreso y el Senado con el voto del 60%. Lo que viene a confirmar que en el fondo, la expresión “atado y bien atado” no estaba tan vacía de contenido.

Que aquellos que de alguna manera entiendan que pueden seguir medrando al amparo de su residual poder, le jaleen, no lo justifico pero soy capaz de entenderlo, pero que el pueblo llano suspire, aclame y homenajee a este siniestro personaje tan en línea con la tradición de su familia Borbón, es algo que solo puedo entender si esas personas pertenecen a esa clase numerosa de cretinos que puebla este sufrido país.

Rafael Hidalgo