Para salir de las crisis profundas y afrontar una etapa de privaciones y sacrificios, los pueblos necesitan liderazgos impecables, dirigentes que merezcan la confianza de los ciudadanos y que sean respetados y creídos. Se necesita una política con mayúsculas, donde prevalezca la verdad y el juego limpio.
Pero si por política se entiende también la actividad del ciudadano cuando interviene en los asuntos públicos con su opinión, con su voto, o de cualquier otro modo, podemos concluir que cada uno de nosotros, en cada uno de nuestros trabajos (empresas, instituciones, organismos, asociaciones,…) hacemos mucha política.
Porque más allá de la administración del dinero público o privado que cada uno de nosotros hace, cuando tratamos con compañeros, clientes, proveedores, aliados,…
… Podemos tratarlos con el respeto y la afabilidad que merece cada persona.
… Podemos ofrecerles el mejor conocimiento técnico, al que hemos llegado por el estudio y la formación continuada.
… Podemos mostrarles el gusto y el empeño por el trabajo bien hecho.
… Podemos hacer un uso racional, sostenible y eficiente de los recursos económicos y materiales que son puestos a nuestra disposición.
… Podemos comprometernos con la solidaridad a través de nuestra firme implicación personal y laboral con quienes más nos necesitan.
… Podemos potenciar la justicia y la verdad reconociendo la entrega y el auténtico desempeño o denunciando, aunque cueste, la falta de compromiso y profesionalidad.
… Podemos mostrar nuestra credibilidad y coherencia porque además de predicar con el ejemplo, hacemos lo que decimos y decimos lo que hacemos.
… Podemos…
Y al salir de nuestra esfera laboral seguimos haciendo política, puesto que somos responsables de la influencia que nuestras actuaciones y nuestras actitudes tienen en las personas que nos rodean y en la sociedad de la que formamos parte.
Así pues, pese a las presiones y a la fuerza de las inercias sociales, pese al desafecto que a menudo producen los comportamientos y la calidad del ejercicio de los que se dedican profesionalmente a la gestión y organización de lo público, siempre tenemos margen para escoger qué política hacemos. Porque en cualquier caso, todos hacemos política.