Luis García Montero,
uno de los mejores poetas del
panorama literario castellano de
nuestros días, vino el
sábado 13 de abril a Bilbao
a izar la bandera republicana en la
plaza del Arriaga y decirnos sus
sueños y deseos para esta
nuestra piel de toro.
El poeta granadino, todo
mesura y equilibrio, intentó
ser ecuánime a la hora de
valorar la Transición
democrática que pudo
haber desembocado en una
Tercera República y
desembocó en nuestra
actual Monarquía
juancarlista, hoy agobiada por los
fantasmas de Corinas, elefantes
africanos y urdangarines.
La muerte del dictador
dió lugar en el año
1975 a un pulso cerrado entre la
banca española y las fuerzas
populares. La Banca
española, que arrastraba el
sambenito de la dictadura a escala
internacional, necesitaba una
cirugía estética, y
una nueva imagen, para conseguir
su homologación a escala
internacional y así participar
en las próximas
operaciones de burbujas
financieras que se adivinaban en el
horizonte. Mientras tanto, las
fuerzas populares querían
una democracia social.
La salida fue una
operación híbrida,
en la que finalmente la banca ha
ganado el pulso a las fuerzas
populares: vivimos en una
democracia bancaria.
Esta fue la opinión
expresada por el poeta Luis
García Montero en el
momento de izar la bandera y
gritar vivas a la tercera
república.
Mientras tanto, en la calle los
afectados por los desahucios de su
vivienda gritan sus escraches,
acusados de filoetarras y de
todos los “filos” de signo
peyorativo habidos y por haber.
Porque no les gusta a los bancos
que se benefician de los
desahucios andar en boca de la
gente.
Mientras tanto los afectados
por las preferentes ponen el grito
en el cielo en el Congreso de
Diputados y en los plenos
municipales.
Mientras tanto la mitad de las
horas extra que se hacen en
España les salen gratis a los
empresarios, no cotizan a la
Seguridad Social e impiden la
creación de 150.000
puestos de trabajo en un mercado
laboral con 6 millones de parados.
Porque la reforma laboral parece
que no ha previsto un mayor
control de los horarios de trabajo y
el precio de las horas extra…
Aquella para algunos guapa
transición, aquella”Barbie
superstar” del pasado milenio, es
hoy para más del 30% de
los ciudadanos del estado
español una anciana
decrépita, desfasada, que
perdió toda su
lozanía al pasar el puente
del tercer milenio.
Quizá Luis
García Montero tiene
razón, nos hemos dado de
bruces con la democracia que
necesitaban los bancos para seguir
donde estaban, y se nos ha
evaporado la que soñaron
los democrátas de los
años 1975.