Se viene oyendo de manera continuada que tras la pandemia originada por el virus covid-19, nada volverá a ser igual en el mundo, hasta el punto de que se ha acuñado el término de “nueva realidad” para definirlo.
Esta misma premonición a buen seguro se puso en circulación cada vez que una catástrofe de alcance mundial se produjo en el pasado. Por circunscribirnos solo a lo acaecido el pasado siglo y los 20 años que llevamos de este, recordemos algunos acontecimientos memorables:
- 1914- 1918 La Gran Guerra o I Guerra Mundial (17 millones de muertos).
- 1919 y 1920. La pandemia de la llamada gripe española afectó a un tercio de la humanidad y produjo víctimas que algunos cálculos elevaron a 100 millones de personas.
- 1929. Crack de EEUU.
- 1939 – 1945. II Guerra Mundial (Entre 55 y 60 millones de muertes).
- 1955 – 1975 Guerra de Vietnam (5 millones de muertos).
- 1989. Reunificación alemana y caída del muro de Berlín.
- 1991. La URSS se desmorona tras 74 años de comunismo.
- 1973 – 1993 – 2007. Crisis económicas mundiales.
Las secuelas humanas y económicas que tales sucesos provocaron no son descritas, pero aun así, tras estas acontecimientos catastróficos que sacudieron el mundo, ¿han visto Uds. profundos cambios que lo hayan transformado ? ¿Se han producido modificaciones en las relaciones internacionales?
¿Las relaciones entre el capital y el trabajo han cambiado? ¿El reparto de la riqueza generada en la economía ha sufrido alguna transformación? ¿La solidaridad mundial ha mejorado? ¿Las guerras que continuamente se están produciendo han dejado de producirse? ¿El cambio, el deterioro climático se ha detenido gracias a la colaboración entre los países más industrializados del planeta?
No seamos tan ingenuos como para pensar que sí, que esta vez la pandemia del coronavirus será capaz de transformar la marcha imparable del mundo hacia la injusticia social y la destrucción del mismo. Tendrán que ocurrir cosas, acontecimientos inimaginables, como para que se produzca un giro de 180º en el rumbo que lleva el planeta. En definitiva tras el fin –por lo menos oficial– de la pandemia, podremos observar que nada ha cambiado y en todo caso de hacerlo será a peor.
Comparecencia en TV de D. Fernando Simón (científico) SIN mascarilla. A renglón seguido, comparecencia del político Salvador Illa CON mascarilla.
¿La obligatoriedad de llevar puesta la mascarilla es por razones sanitarias o por razones político-económicas?
Lo dijo en su día, no muy lejano, Don Fernando Simón: «la mejor prevención es guardar el 1,5 metros de distanciamiento social».
NOS TOMAN EL PELO. Sin duda vamos a peor. Más paro, más parias, más desconfianza entre la propia clase trabajadora, más bajadas de pantalones y lametones de culos para poder sobrevivir en esta jungla humana. El pez gordo se come al chico. No hemos aprendido nada.
Me ilusiona que el 12 de julio sólo votó el 47% de la población. Son los ingenuos que siguen creyendo en que se pueden cambiar las cosas acudiendo a las urnas. Estábamos mejor contra Franco.