Un trocito de Durango desaparece

Personas invisibles haciendo cosas
invisibles que consiguen que el mundo sea un
poco mejor.

Esto es lo que para mí ha
representado siempre Bategiñez, una
asociación con unos valores firmes, que
ha mantenido una grandísima
coherencia en un tiempo en el que esto resulta
muy difícil.

Conocí a Bategiñez hace 20
años y ahora que desaparece me parece
que un poco de Durango desaparece
también. Nació en un tiempo
en el que era fácil soñar. Eran
tiempos de cambio y, sin lugar a dudas,
supieron poner unas bases sólidas que
han mantenido durante todos estos
años.

Bategiñez ha redistribuido la riqueza
y ha apoyado a algunas de las zonas
más desfavorecidas de Guatemala
desde Durango. Pero más importante
aún, ha hecho posible que todas las
personas que hemos estado cerca podamos ver
con ilusión que los proyectos que se
hacen con el corazón ayudan a
conseguir un mundo mejor.

En todos los foros en los que he coincidido
con integrantes de Bategiñez he podido
compartir una sonrisa con personas que,
teniendo los pies en el suelo, nos han
transmitido su visión de la importancia
que tiene el trabajo cooperativo, la solidaridad
y que hay que poner a las personas por encima
del dinero.

Lamento que Bategiñez diga
adiós, pero estoy convencido de que
esto no es un punto y final. Aunque la
asociación desaparezca, nos quedan las
personas que han hecho posible estos 20
años y estoy seguro de que las
integrantes de Bategiñez
seguirán
acompañándonos en otros
proyectos y aconsejándonos sobre
cómo construir una sociedad
más justa y digna para todo el mundo.

Gracias por vuestros valores, gracias por
vuestros sueños, gracias por vuestras
acciones y gracias por toda la alegría
que nos habéis dado.

Me gusta dormir pero lo que más me gusta es soñar. Hace un tiempo oí hablar del Síndrome de Peter Pan: ese niño que se negaba a crecer. Muchas veces me siento identificado con él. Estoy convencido de que si sacáramos un poco el niño que llevamos dentro nos iría mucho mejor a todos.