¿Y ahora qué?

Desde que el pasado 9 de octubre se cobraron los recibos del IBI de este año, son muchos los ciudadanos que nos han mostrado su enfado al encontrarse con subidas de más de un 10% respecto a los del año anterior.

Debemos recordar que, el año pasado en plena crisis, el Equipo de Gobierno de Durango (EH Bildu y Elkarrekin Podemos) nos presentó las ordenanzas fiscales en julio. Sin embargo, a última hora, las echaron para atrás para esperar cuál iba a ser la aportación que anualmente realiza Diputación a todos los municipios.

Las previsiones no eran buenas y así terminó siendo. Y con ello encontraron la justificación perfecta para dicha subida. Explicaron que la subida del IBI e IAE era por necesidad tras la menor aportación a los Ayuntamientos por parte de la Diputación de Bizkaia. Y lo peor de todo es que la subida fue para todos, para todo tipo de viviendas y para todo tipo de comercios e industria. Mientras el resto de municipios congelaban todo tipo de tasas e impuestos, Durango no.

Este año, sin embargo, ha ocurrido todo lo contrario. La previsión de la aportación por parte de Diputación era buena y así ha sido, con una importante subida respecto al año anterior. Con esta situación, como no tienen la posibilidad de culpar a la Diputación del mantenimiento de la subida del año pasado, interesaba aprobar cuanto antes las Ordenanzas Fiscales y por eso se hizo en julio.

Conclusión: si la aportación de Diputación al Ayuntamiento baja asumimos todos los durangueses esa bajada y la compensamos con la subida del IBI. Y si la aportación de Diputación sube y las arcas municipales disponen de un mayor presupuesto, los durangueses nos seguimos quedando con la subida del año pasado. Esto es mirar por el pueblo y poner facilidades para salir de la crisis y lo demás son tonterías.

Jesica Ruiz es la portavoz del PSE-EE en Durango