Ordenado en Amorebieta el primer sacerdote ortodoxo de rito antiguo del Estado

Los rusos lipovenos afincados en Euskadi ya tienen quien atienda sus necesidades espirituales y de culto. Esta mañana el patriarca de la Iglesia ortodoxa de rito antiguo, metropolit Leonti, ha ordenado en el templo que la comunidad tiene en Amorebieta al primer sacerdote de esa rama cristiana en el Estado.

Se trata de Vasile Moroi, un joven de 27 años, casado y sin hijos, de nacionalidad rumana, como la mayoría de los rusos lipovenos que viven en Euskadi. Aunque acaba de llegar del país magiar, domina el castellano, pues ha vivido en Lleida.

Tras su ordenación, no podía ocultar su emoción. Según ha explicado, aunque hacerse cura ortodoxo sólo depende de la voluntad de la asamblea de fieles, que los eligen por su idoneidad, éste había sido su deseo desde siempre y para lo que había estado cultivando su talento desde pequeño. “Es un día histórico para mí y estoy feliz”, admitía.

Su formación la ha efectuado “alrededor de la iglesia” con estancias en monasterios y con su padre, que también es cura. “El le ha enseñado a leer y escribir en un idioma difícil, parecido al ruso, que es en el que se ofician las misas”, explicaba el constructor residente en Igorre y miembro de la comunidad Stefan Gherasim.

El sustento del nuevo cura se lo proporcionarán sus fieles y su objetivo será “que venga mucha gente a la iglesia”, además de atender sus demandas religiosas, tales como bendecir los hogares, celebrar matrimonios, bautizar o confesar. “Los curas ortodoxos están casados porque si no, ¿cómo van a dar consejos a las mujeres durante la confesión?”, enfatizaba Gherasim.

El acontecimiento, como todas las grandes celebraciones religiosas de los rusos lipovenos, ha abarrotado el templo zornotzarra.  La iglesia, alquilada por la comunidad, se ubica en una austera lonja, a la que sólo delata una discreta cruz ortodoxa en el dintel de la puerta. Pero el interior es cálido gracias a su amplia colección de iconos y al revestimiento de madera y de pintura rosa cereza.

El llenazo de esta mañana añadía calor, en todos los sentidos, a la ceremonia. Como en todos los rituales de estos ortodoxos, los hombres se sitúan delante y las mujeres, tocadas con pañuelos, detrás “para que ellos no se despisten”, aclara Gherasim.

Sobre la una de la tarde, más de cien personas todas de pie y muy cerca unas de otras, entre una neblina formada por la condensación de la respiración, atendían sin ofrecer muestra alguna de cansancio ni desmayo la disertación del metropolit que, vestido de gala, llevaba ya cuatro horas moviéndose lentamente sobre el entarimado.

Día señalado
La iglesia está situada cerca del barrio de Urritxe y lo comparte una comunidad formada por unas 300 familias, la mayoría de Amorebieta y alrededores, aunque también acude gente de toda Euskadi, ya que se trata también del único templo ortodoxo de rito antiguo del Estado.

Además de para Vasile Moroi, la de hoy también ha sido una fecha señalada para la comunidad ortodoxa de Amorebieta, que hasta ahora se había tenido que conformar con celebraciones sin sacerdote y sólo podía recibir los sacramentos cuando “algún cura venía a visitar a un familiar”.

El hombre que ha dirigido las asambleas de fieles hasta ahora, el trabajador de la construcción Dimitru Maxim, seguirá atendiendo a la comunidad como auxiliar del nuevo sacerdote.

ZORNOTZAN. Noticias de Amorebieta