
Otxandio estaba en fiestas. Era el 22 de julio de 1936 y habían transcurrido tan solo cuatro días desde la sangrienta sublevación militar contra la Segunda República española.
Minutos después de las nueve de la mañana, aviones con insignias republicanas bombardearon la localidad tras atraer a vecinos y vecinas hacia la plaza Andikona. El cruel ataque dejó más de sesenta muertos, la mayoría niños y civiles.
Según ha anunciado la asociación Durango 1936 en su web, el Ayuntamiento de Otxandio ha anunciado la interposición de una querella judicial contra los autores del bombardeo a través de su alcalde. Urtzi Armendariz considera que fue un ataque genocida y un crimen de lesa humanidad, de ahí esta decisión.
Seguirá así los pasos de Barcelona y también de Durango, que lo hizo el pasado 18 de julio como gesto público de desagravio. Dos días después, un juez admitió a trámite la querella presentada por Aitziber Irigoras en nombre de la comisión 1937ko Martxoaren 31.
Durango 1936 desvela que, junto a Otxandio y Durango, Elgeta y Arrasate también tienen intención de incoar un procedimiento judicial por los bombardeos que sufrieron.