“Poder entrenar y enseñar a los jóvenes es una gran satisfacción”

Juanjo Moreno acaba de recibir el Premio Leyenda por parte de la Asociación de prensa deportiva de Bizkaia dentro de la Gala anual del Deporte. Con esta distinción quieren reconocer la trayectoria de este jesuita como baloncestista de primer nivel, entrenador y también como promotor del trabajo de cantera que desarrolla el Tabirako, club que este año cumple sus bodas de oro. Nacido en 1938, Moreno como jugador llegó a ser convocado por la selección española y, como entrenador, colaboró con Aíto García Reneses y también fue ayudante en la selección española española junior en la época de Corbalán. En la actualidad, sigue entrenando de forma informal a jóvenes jugadores.

-Merecido premio por su aportación al mundo del baloncesto, ¿contento?
-Sí y también sorprendido, a la vez. Tengo que admitir que algo habrá tenido que ver que este año se celebre el 50 aniversario del Tabirako. Pero muy contento, sí.

-Que la distinción llegue de la prensa deportiva vizcaína llama la atención más todavía.
-Me ha sorprendido porque no me esperaba obtener ningún premio de este nivel. Aunque me lo den a mí es un premio para todos y, sobre todo, para el ‘Tabi’.

-¿Cómo empezó su trayectoria en este deporte?
-Yo estudiaba en el colegio Indautxu de Bilbao y, cuando tenía 15 años, se organizó un campeonato de baloncesto. Era la época en la que este deporte empezaba a tener un poco de presencia y pasé muchas horas tirando a canasta. Como había mucha gente apuntada para el equipo de fútbol, a mí me metieron en el de baloncesto y así empecé a jugar.

-Supongo que en el camino habrá habido momentos mejores y peores. Si echa la vista atrás, ¿qué recuerdos le vienen a la cabeza?
-Es complicado destacar algún momento difícil. Lo mejor era que esas dificultades las superábamos en equipo. Y satisfacciones recuerdo muchísimas. El hecho de jugar en un equipo ya es una gran satisfacción, y poder entrenar y enseñar a los jóvenes, también. Es una experiencia impagable. Además, en Durango y en el Tabirako, he recibido mucho apoyo y cariño. Siento un gran agradecimiento hacia ellos.

-¿A quién dedica este Premio Leyenda?
-Primero y, sobre todo, al Tabirako y a la gente de Durango por su apoyo, cariño y agradecimiento durante tantos años. Segundo, a mis compañeros jesuitas por todas las facilidades que me han dado para dedicarme a este deporte y, por último, a mi familia y a mi barrio, porque allí aprendimos a compartir y ayudarnos. Esto me ha servido mucho en la vida y en el baloncesto.

-¿Cómo ve al Tabirako hoy por hoy?
-Al Tabirako lo veo bien en cuanto a número de socios y al aprecio que se le tiene en Durango por la labor que ha hecho durante estos 50 años. Esto es garantía de futuro. En cambio, creo que puede tener dificultades para encontrar a gente suficiente para todos los equipos y cumplir con sus necesidades. Pero tiene una directiva ilusionada y muchos socios que con el espíritu del ‘Tabi’ saldrán adelante. Esto es muy importante.

-¿Y el mundo del baloncesto en general?
-El poder del fútbol es incontestable, pero el baloncesto es un deporte dinámico, bonito y espectacular, que siempre se está inventando, por lo que lo veo con mucho futuro y posibilidades educativas, ya que exige mucho juego en equipo.