
Hosteleros y comerciantes de Zaldibar han convocado una manifestación para mañana en protesta por la oleada de robos que han sufrido sus establecimientos en los últimos meses. La más perjudicada ha sido Talka Taberna con tres asaltos en menos de 30 días.
Adelina Mitrea tomó con ilusión las riendas de su nuevo negocio este septiembre. Pero desde entonces, las tentativas de robo (uno, con éxito) le están quitando las fuerzas para seguir adelante. “Que te asalten tres veces en tan poco tiempo te da ganas de bajar la persiana definitivamente”.
El último intento ha sido esta misma semana, durante la noche del miércoles al jueves. “No consiguieron entrar, pero dañaron la persiana automática y no podíamos acceder al interior cuando fuimos a abrir el bar. Cuando pudimos hacerlo, no me quedaban ganas de ponerme detrás de la barra y me fui a casa llorando”, recuerda.
Según datos facilitados por la Ertzaintza, en el último mes se han producido cinco tentativas de robo en locales comerciales zaldibartarras. El primero, el día 5, cuando se causaron daños al intentar entrar en una peluquería. Cuatro días más tarde, el Talka sufrió su primer intento de allanamiento.
Nuevo intento
El robo en este local se consumó el día 26, jornada en la que también se trató de acceder ilegalmente a la bodega Satur. “Ese día se llevaron el dinero de la máquina tragaperras y el de la cesta de Navidad, además de los cambios que teníamos en la caja”, relata Mitrea. “Y en menos de una semana, lo han intentado de nuevo. Nuestro disgusto es enorme”.
Estos casos han motivado a un grupo de hosteleros y comerciantes locales a movilizarse para pedir más seguridad en el pueblo. Mañana, se concentrarán de 12.00 a 13.00 horas en la plaza del Ayuntamiento en demanda de soluciones. “No podemos seguir así. Queremos trabajar con normalidad”, reclama.
Adelina, sé como te sientes. Te deseo mucho ánimo, sigue, sigue.
A los ladrones decirles que tarde o temprano serán detenidos.
En cuanto a hacer justicia, es un problema, las penas que marca la ley son lo que son.
Hay que educar, por lo menos intentar.
Aupa Adelina. Fuerte abrazo