
Maristak Ikastetxea organizó ayer una jornada sobre los retos a los que se enfrenta el actual sistema educativo que debe adaptarse a un mundo en constante transformación. Los más de 60 participantes conocieron casos de éxito que han implantado nuevas metodologías formativas para romper con un método de enseñanza “heredado de la Revolución Industrial”.
Aunque la jornada estaba dirigida al profesorado de Durangaldea, también asistieron representantes de centros de Bilbao y Arratia. Durante las ponencias, en las que se mostraron experiencias de Madrid, Cataluña y Euskadi, se quiso hacer reflexionar a los asistentes sobre las nuevas habilidades que requieren los formadores.
“El mundo cambia muy rápido y, con él, las necesidades formativas”, comentó Hostaizka Sainz, de Maristak. “Esta velocidad muchas veces genera miedo e incertidumbre, ya que el docente tiene mucha responsabilidad, trabaja con personas y quiere darles la mejor formación. Por eso suele ser reacio a cambiar su metodología”.
Aprendizaje activo
Mostrar casos de éxito, como los que se vieron ayer en el Elkartegi de Landako puede ayudar “a que más centros educativos se suban al tren”, deseó Sainz, cuyo colegio lleva más de 10 años aplicando una enseñanza basada en retos. “El trabajador del día de mañana necesitará competencias distintas que le permitan enfrentarse a un mundo cambiante. Aprender mediante la resolución de retos, permite al estudiante ser más autónomo y aportar un valor añadido a su futura empresa”, afirmó.
Para Dani Irazola, profesor del centro durangarra, es vital “buscar sinergias” entre todas las personas involucradas en el itinerario formativo “para dar un sentido comarcal a la educación y preguntarnos: ¿Cómo queremos que sean los estudiantes en Durangaldea? Una vez definido esto, ¿cómo debemos actuar? Después, desde los colegios debemos actuar con coherencia”.
“Si formamos a la gente en un modo de aprendizaje activo, estará preparada para los cambios que vayan apareciendo. Pero si su enseñanza es un sufrimiento, los cambios le van a bloquear y no va a ser capaz de adaptarse. Hay que dotar de herramientas que permitan buscar información, trabajar en equipo y avanzar”, defendió.
“No valen pequeños cambios”
Pero para lograr ese nuevo enfoque de los métodos de enseñanza “en la que el alumnado pasa a ser el protagonista”, según definió Sainz, previamente hay que trabajar con un equipo docente que debe contar “con un nuevo perfil de competencias”, explicó Inazio Mentxaka, de Durangoko Berritzegune.
“El mundo está cambiando y no vale la forma de trabajar que hemos mantenido hasta ahora. Eso provoca que el profesorado esté sufriendo porque le han cambiado el escenario, pero ya no vale con aplicar pequeños cambios. Hay que romper con una estructura que viene de la Revolución Industrial y que no da juego para lograr lo que demanda la sociedad actual”, aseguró.
Por suerte, según Mentxaka, ” hay muchas metodologías que van ayudando al cambio y ver proyectos que funcionan anima a perder el miedo. Ahora hace falta la colaboración de todos los agentes implicados, desde las escuelas de magisterio hasta los centros educativos, y romper con la rigidez del curriculum actual y los espacios y tiempos que hemos heredado”, sostuvo.