Durangaldea cuenta desde el año pasado con su propio superhéroe, Turkiolo. Al igual que sus compañeros de profesión busca salvar vidas, pero necesita la ayuda de toda la población para conseguirlo. Su principal arma es la solidaridad, que se recarga cuando alguien se convierte en donante de médula. Su mayor enemigo es la pereza, que combate simbólicamente con el reto que inició hace 200 jornadas de subir diariamente a Urkiola en bicicleta.
La identidad “secreta” de Turkiolo es el durangarra Mauri Imaz, que se propuso poner su granito de arena ante una “lacra que cada vez se lleva más gente”. “Fue algo que surgió sin pretenderlo, ni me gusta demasiado andar en bici ni he vivido de cerca el drama del cáncer o la leucemia. Pero creo que no es necesario tener una implicación especial para ayudar a los demás. Es simple empatía”, comenta.
El ansia mostrada por la sociedad por una vacuna que mitigara los efectos de la pandemia del coronavirus, le hizo ponerse en la piel de la gente que aguarda, día tras día, la llegada de un donante. “Hay personas que llevan mucho tiempo esperando a alguien compatible y me puse en su lugar, porque no está bien pedir lo que no estamos dispuestos a dar”, opina.
De ese modo, consiguió una bicicleta, se rotuló un maillot con el mensaje de ‘Dona médula’ y se lanzó a emprender esta aventura, que finalizará el próximo 12 de octubre, con una mezcla de “intuición, pasión y necesidad de sacarme algo de dentro. Y, sobre todo, desde el convencimiento de que si todos los durangarras fuésemos donantes, a ningún niño o niña le faltaría alguien compatible”.
Ni pereza ni egoismo
Además de animar a la población a dar ese paso, Turkiolo también lucha para que Durango acoja una sede de registro de donantes de médula ósea en el ambulatorio de Herriko Gudarien kalea. “Esta medida facilitaría mucho las cosas y la gente no tendría que desplazarse hasta Cruces o Galdakao. Ya que se pide implicación al público, también deberían hacerlo las instituciones”, solicita. “No es que ahora se pongan impedimentos, pero ayudaría a combatir al villano Turkiolutxo, que se alimenta de la pereza y del egoísmo”.
De momento, Turkiolo está logrando mantener a raya a su archienemigo, a pesar de que en sus trayectos a Urkiola se ha encontrado con uno de los peores inviernos en 100 años, con temperaturas de 5 grados bajo cero, frío, lluvia y soledad. Por eso es importante aportar toda la energía posible al superhéroe durangarra.
“La mejor forma de colaborar conmigo es entrar en la web euskadi.medulaosea.org y registrarse. Una vez realizada la inscripción, se consigue un código con el que hay que llamar al teléfono del centro de coordinación de trasplantes de Bizkaia, el 944 033 601”, explica. “Y también se puede solicitar información en el teléfono 900 102 688 de la Fundación Josep Carreras contra la leucemia. Juntos, lograremos salvar vidas”.
MAURI…… ERES UN GENIO ¡¡¡¡¡¡¡¡¡
A que hora se puede subir con el en bici?