Los análisis de ADN de los restos óseos hallados el domingo y el lunes en vertedero de Zaldibar, así como algunos objetos personales que apuntaban a que se trataba de Alberto Solaluze, ha sido confirmado hoy. Mientras tanto, prosigue la búsqueda de Joaquín Beltrán, el otro trabajador desaparecido por el derrumbe del vertedero el pasado 6 de febrero.
Los trabajos de búsqueda que se están desarrollando en la zona en la que se encontraba la báscula del vertedero podrían continuar durante otras dos semanas. Esa “zona caliente” era la que los técnicos que trabajan en la zona apuntaron como la más probable en la que podían encontrarse los cuerpos de los dos trabajadores.
Prácticas negligentes
La plataforma Zaldibar Argitu, por otro lado, ha mostrado su solidaridad con los familiares y amigos de Alberto y Joaquín. Aunque los allegados de Sololuze “podrán avanzar en el proceso del duelo”, no sucede lo mismo en el caso de Beltrán, por lo que exigen a las instituciones correspondientes “que no cesen en los trabajos de búsqueda”.
Además sostienen que “el trágico suceso de Zaldibar se pudo haber evitado, si no fuese por repetidas prácticas negligentes y por el afán del negocio sin escrúpulos” y que “las responsabilidades políticas siguen sin ser esclarecidas”.
En la misma dirección se ha expresado el sindicato LAB en un comunicado en el que apuntan la “responsabilidad directa” de la empresa Verter Recycling “respecto al trabajador fallecido y al desaparecido”, y señalan igualmente al Gobierno Vasco por “su indiferencia respecto a los accidentes laborales y las y los trabajadores” ya que “es el responsable del control y la inspección de los vertederos”.
El sindicato soberanista señala también que “tras confirmar la muerte de Sololuze, ya son 46 las y los trabajadores muertos en Euskal Herria desde inicio de año”.