
Dulzaineros, fanfarrias, cánticos ‘a capella’ en cuadrilla y canciones populares interpretadas en la ‘intimidad’ del hall del Ayuntamiento por el Orfeón, la música no puede faltar en las fiestas y menos en su arranque.
Una hora antes de que el presidente de la veterana agrupación vocal, el actor y doblador Félix Arkarazo, lanzara el pregón, durangarras madrugadores animaban sus cuerpos y ánimos al son de la música que llegaba de todas partes.
En las calles del Casco Viejo, los dulzaineros animaban una kalejira con gigantes hasta Andra Mari. Allí ha tomado el relevo la txaranga, a cuyo son bailaban pequeños y grandes, mientras los olores de una paella gigante para la comida de las txosnas, cocinada por una empresa de Totana, el pueblo de la vedette Bárbara Rey, abría el apetito de quienes no habían desayunado o habían madrugado mucho.
A las 13.00 horas, la plaza del Ayuntamiento estaba a rebosar de gente deseosa de escuchar el sonido del txupinazo para cambiar el chip al ‘modo fiesta’. Adolescentes con aspecto de salir con su propia cuadrilla por primera vez se mostraban especialmente impacientes. Los niños y niñas, emocionados, miraban a todos los lados con los ojos como platos. ‘Patxikotxu’, que había sido recibido momentos antes con gritos y cánticos, bailaba al fondo de la plaza entre la multitud, vigilado por cuatro gigantes.
Palabras de agradecimiento
Del pregón se ha entendido poco, debido a la deficiente acústica. Arkarazo ha tenido palabras de agradecimiento para todo el pueblo y para los componentes del Orfeón presentes y pasados por el apoyo ofrecido a esta entidad, una de las más antiguas de Bizkaia. Ha sido breve. Después de desear unas felices fiestas, se ha lanzado el cohete y una lluvia de confeti y guirnaldas ha caído sobre la multitud congregada. También tres pelotas gigantes de colores, que saltaban de grupo en grupo entre gritos y juergas.
Acabados los actos protocolarios, el Ayuntamiento ha ofrecido su anual lunch a todos los txupineros de este año (del Orfeón acudieron varias decenas de personas) y a representantes de las agrupaciones a las cuales pertenecían los pregoneros de años anteriores.
La alcaldesa, Aitziber Irigoras, actuó de anfitriona, junto con casi todos los miembros de la corporación municipal. El acto discurrió en un ambiente de charla distendida y el Orfeón obsequió a los presentes con un breve repertorio de cantos populares.
Mientras tanto, abajo, al gentío le costaba dispersarse. Y es que la fiesta se vive más intensamente en comunidad.