El Ayuntamiento de Durango, en colaboración con equipos de arqueólogos y geólogos de distintas universidades, realizará en las próximas semanas un estudio para tratar de aportar más certezas a la historia de la localidad. Estos trabajos buscarán restos arqueológicos en Tabira, por un lado, y sondearán el entorno de la ermita de San Vicente, donde se localizó el Idolo de Mikeldi, por otro.
El equipo de investigación estará formado por el doctor y miembro de la Real Academia de Historia Luis Valdés, quien contará con la ayuda del doctor Antxoka Martínez, de la Sociedad Aranzadi y el geólogo y técnico del C.A.I. de la Universidad Complutense, Javier Valles. Además de un técnico 3D, y en función de las necesidades, se contará también con otros profesionales.
Valdés ha ofrecido esta mañana una rueda de prensa junto a la alcaldesa, Ima Garrastatxu, y el teniente de alcalde Julián Ríos. En su transcurso, ha recalcado la importancia de estos trabajos para conocer qué hay en el subsuelo de esos entornos para poder profundizar en el origen de la villa.
La hipótesis con la que se inicia la investigación se centra en distintos documentos de la época que hablaban de un Conde o Señor de Durango. También hacían referencia al Condado de Durango y al Condado-Señorío de Vizcaya como dos entidades que sirvieron en momentos de su historia a reinos distintos.
Gonzalo de Otálora y Guissassa
El documento más antiguo con visos de verosimilitud que recoge estas consideraciones es de Gonzalo de Otálora y Guissassa. Fue escrito en 1634 como parte de la ‘Micrología de la Merindad de Durango’. En uno de sus párrafos describe la edificación que está frente a la iglesia de San Pedro como el palacio y la habitación de los Señores. Su nombre fue Tavira.
En el caso de la antigua ermita de San Vicente de Mikeldi, que se encuentra entre Madalena y el río, hay escasa información. De hecho, en 1991 se llevaron a cabo excavaciones arqueológicas “sin ningún resultado reseñable”, según han destacado responsables municipales.
Estas mismas fuentes han añadido que “la zona no construida en la actualidad puede representar la última oportunidad de examinar vestigios del camino de la costa a la meseta y de construcciones desconocidas.
Con georradar
“Queremos conocer la historia de nuestro pueblo, y para esta investigación contamos con profesionales con una dilatada experiencia y conocimiento para ello. Queremos ratificar o despejar dudas y certezas sobre nuestro pasado para mirar al futuro con más conocimiento sobre nosotras mismas, por lo que esperamos que esta investigación pueda ayudarnos en esa dirección”, han declarado Garrastatxu yRíos.
La investigación se realizará a través de la técnica de prospección georradar, que permitirá “averiguar, de forma indirecta, la estructura del subsuelo a partir de la transmisión de impulsos electromagnéticos y de la posterior recepción de las reflexiones generadas por discontinuidades presentes en el subsuelo”. Para ello, el Centro de Asistencia a la Investigación de Arqueometría de la Universidad Complutense de Madrid, dirigido por el geólogo especialista en geofísica Javier Vallés Iriso, facilitará un Georradar Stream X.
Los trabajos de campo se realizarán en cuestión de dos o tres días, aunque para acometerlos es necesario prever la ausencia de lluvia tanto en los días previos como durante la campaña. Los responsables quieren realizar los trabajos en marzo.