Las Juntas Generales de Bizkaia y el Ayuntamiento de Durango han plantado hoy un nuevo retoño del Árbol de Gernika. El joven ejemplar ha sido fijado a la tierra en los jardines de la antigua casa torre Muruetatorre, un edificio emblemático que se ha convertido en sede del Euskaltegi municipal.
La plantación de un ejemplar de la estirpe del Árbol de Gernika pretende dar “mayor visibilidad e importancia” a un inmueble que data de 1660 y que cuenta con una superficie construida de 400 metros cuadrados en una parcela de 1.100 metros cuadrados. El roble ha sido plantado en un pequeño jardín anexo a la casa torre, coincidiendo con la época invernal, la más idónea para que el ‘quercus’ se asiente mejor en el suelo.
Esta iniciativa, impulsada por el Consistorio y respaldada por las Juntas Generales de Bizkaia, busca también reforzar y esparcir el simbolismo del Árbol de Gernika como emblema de la historia, la identidad y los valores democráticos de Euskadi. Durango se suma así a las localidades repartidas por todo el mundo que cuentan con un retoño del árbol sagrado. En base al último recuento realizado por la institución foral, la historia arroja que, hasta la fecha, se han plantado más de 400 descendientes del Árbol de Gernika por todo el mundo.
La ceremonia ha contado con la presencia de la presidenta de las Juntas Generales de Bizkaia, Ana Otadui Biteri, la alcaldesa de Durango, Mireia Elkoroiribe Zenikaonandia, y el director general de HABE, Jokin Azkue Arrastoa, quienes han estado acompañados por integrantes de la Mesa de la Cámara y por representantes de los distintos grupos políticos municipales. Autoridades, acompañadas por vecinas y vecinos, han echado las primeras paladas de tierra al pequeño roble de 7 años de edad.
Doce alumnos y alumnas en representación de los seis centros escolares de la localidad, el Orfeón de Durango, y dantzaris y txistularis del municipio, han tomado parte también en la plantación.
“Testigo silencioso de nuestra historia”
Ana Otadui ha apuntado que el roble de la villa foral ha sido “testigo silencioso de nuestra historia y nos recuerda la importancia de estar unidos y firmes en tiempos de desgracia”. Tras mencionar el trágico 31 de marzo de 1937, la presidenta de las Juntas Generales ha añadido que la plantación “tiene un significado especial porque nos viene a la cabeza esa fecha. Pero, como Gernika, Durango ha sabido levantarse y convertirse en un gran referente de la cultura vasca”.
La alcaldesa de Durango también ha destacado el profundo valor simbólico del retoño del Árbol de Gernika, que representa “el compromiso con la historia, la identidad y los valores de nuestro pueblo, el pueblo vasco, que siguen más vivos que nunca. Muruetatorre, el Euskaltegi municipal, es la casa del euskera en Durango y, por ello, el lugar perfecto para albergar el retoño”.
Antes de terminar el acto, la presidenta de las Juntas ha entregado al municipio el Certificado de Autenticidad, un documento que acredita que el ejemplar plantado es descendiente directo del actual roble que preside la Casa de Juntas de Gernika. Esta acreditación se ha llevado a cabo junto al retoño, donde una placa conmemorativa ayudará a grabar en la memoria esta efémeride y honrará el simbolismo del árbol.